Acoso en el Metro
Fecha: 02/03/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: demoblan, Fuente: CuentoRelatos
... cintura y me lo impidió. Yo creo que eso le excito aún más, porque pude notar su polla durísima. Se aprovechó bien de mí y de mi culo. Restregándose todo lo que quiso, sin que yo me atreviera a hacer nada. Él por el contrario pareció disfrutar bien del viaje. Pero por fin me atreví, me armé de valor, y girando levemente de la cabeza, me atreví a hablarle en voz baja.
—Pero, ¿qué es lo que quieres de mí?
—¿Que que quiero de ti?, nada, tan solo hacernos un poco más agradable el viaje.
—Pues para, no me gusta —le dije, mientras seguía restregándose por mi culo.
—Mientes…
—No, no miento, no me gusta.
Otros al primer día se han apartado y no los he vuelto a ver. Pero tú no lo has hecho. Has aguantado hasta tu estación. Y has vuelto a repetir al día siguiente. Te gusta, aunque no lo admitas. Puedo sentir como en el fondo esto te pone cachondo…
—Lo he hecho porque me das miedo….
—¿Miedo? si vieras mi polla eso sí que te daría miedo.
En ese momento llego mi parada. Yo trate de bajarme, pero él me agarro de la cintura y me atrajo hacia sí.
—Mañana te espero a la misma hora, en este mismo vagón. No faltes.
—Ni lo sueñes —le dije firmemente.
Pero llego el día siguiente y no sé porque fui a la misma parada de metro de siempre, a la misma hora de siempre, y acabe subiendo en el mismo vagón de siempre.
Y allí estaba él. Enseguida nos encontramos con la vista. Me miró y no pudo evitar una ligera sonrisa. Me abrí paso entre la gente y me dirigí hacia ...
... él. Una vez frente suyo, me di la vuelta, y estampé mi culo contra su polla.
—Hala, ya puedes empezar —le dije.
Esa vez sí que lo disfrute. Notaba su dura polla contra mi culo. Me imagine lo grande y gorda que tenía que ser y me excite. En esta ocasión no fue él el único que restregaba su miembro contra mi trasero. Yo tampoco me quedé quieto y también moví mi trasero, apretándolo contra su polla y él pareció excitarse de lo lindo, hasta que por fin llegó mi estación. Me dispuse a bajarme, pero él me agarro.
—Oye, ¿a qué hora vuelves?
Yo me quedé pensativo sin saber si responderle o no.
—Vuelvo sobre las cinco, en este mismo tren.
—De acuerdo….
Llegaron las cinco de la tarde y allí estaba de nuevo él. Me puse a su lado. Cuando llegó el tren me señalo para que fuéramos al vagón del final que estaba vacío. Nos subimos en él. Me cogió inmediatamente y volvió a repetir lo que ya habíamos hecho otras veces. Pero esta vez agarró mi culo con fuerza, acariciándolo y sobándolo.
—Tienes un culo maravilloso… ¿lo sabias?
—¿te gusta?
—Me vuelve loco
En esto, dirigí mi mano hacía su entrepierna y agarré su polla por encima del pantalón.
—Joder, que polla tienes…
—¿Te gustaría probarla?
—Es que, no sé. Yo nunca lo he hecho con un tío.
—No te preocupes. Yo sí. Te puedo enseñar y lo pasaremos bien. El sexo con un tío es mucho más caliente y lujurioso que con una tía. No te arrepentirás. ¿Estás casado?
—Si
—¿Te espera tu mujer en casa?
—No, es ...