1. Acoso en el Metro


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: demoblan, Fuente: CuentoRelatos

    ... pantalón y… los calzoncillos. Cuando se los quitó, por fin pude ver su polla, la cual mostraba con orgullo. Grande, gordita, venosa y babosa, con unos testículos grandes y mucho pelo. Se tumbó junto a mí en la cama. Yo estaba maravillado con aquel miembro. Tenía los ojos abiertos como platos.
    
    —¿Que? ¿Qué te parece?
    
    —es…. increíble….
    
    —Bien, pues veamos si has aprendido algo. Venga chúpamela.
    
    Cogí aquel miembro con mi mano, y me lo llevé a la boca. Olía fuerte y su sabor también lo era, pero no me disgusto. Trataba de hacer lo que él me había hecho lo mejor que podía, pero hasta yo mismo notaba que no me terminaba de salir bien.
    
    —Creo que tengo mucho trabajo contigo. Vas a tener que chuparla mucho, hasta que aprendas a hacerlo bien.
    
    —Aprenderé. Tengo buen maestro.
    
    —Eso espero. Seguro que serás un buen alumno.
    
    Y diciéndole esto volvimos a besarnos. Pero yo, sin soltar su polla, comencé a masturbarle.
    
    —¡uhmmm!... esto sí que se te da bien
    
    —Es que en esto tengo más experiencia.
    
    —Siii… se nota que te haces buenas pajas.
    
    Pero volviendo a darme la vuelta y poniéndome boca abajo, vi como sacaba de la mesita un tarro. Untó uno de sus dedos y no tarde mucho en notar como ese dedo iba penetrando en mi culo. Se notaba que era todo un experto, porque entro sin dificultad. Primero un dedo, luego fueron dos, y finalmente tres. Yo ya me imaginaba lo que vendría después. Me dio la vuelta y subió mis piernas sobre sus hombros. Note como la punta de su ...
    ... polla se colocaba en mi ano.
    
    —Oye, no me harás daño, ¿verdad?
    
    —Tranquilo, si te relajas todo irá bien.
    
    —De acuerdo… ¡ay!
    
    —relájate….
    
    —si si, de acuerdo… —dije yo, tratando con mis manos de abrir todo lo que podía mi culo, notando como su polla entraba dentro de mí.
    
    —Ya está casi toda… aguanta un poco más que lo más difícil está hecho.
    
    —¡uy! .... ¡uy! ....
    
    —ya está. Me encanta abrir estos culitos vírgenes.
    
    Comenzó a entrar y sacar lentamente.
    
    Notaba su dura polla dentro de mí, y el dolor poco a poco iba desapareciendo, hasta que mi culo acabó acostumbrándose.
    
    —aahhh…. siiii…. otro culo más para mi colección…
    
    —¡ah! .... ¡ah! .... ¡aaahhh! ... sii.
    
    —¿que? ¿te gusta? te gusta, ¿eh? … aahhh
    
    —Si…. si ... me gusta…. aaahhh….
    
    —Te voy a follar ese culo tan precioso que tienes.
    
    —Siiii…. fóllame…. quiero que me folles….
    
    Cada vez sus embestidas eran mayores. Tenía la sensación de que su polla me iba a atravesar todo el cuerpo y me iba a salir por la boca. Mientras yo acariciaba su peludo y sudoroso cuerpo. Nunca imagine que un tío, que encima no era nada atractivo, podría darme tanto placer. Él sí que sabía follar y dar placer, y no como la mojigata de mi mujer. Y en esto que sonó mi teléfono móvil. Alcancé a coger mis pantalones que estaban sobre la cama, y miré quien era, mientras no paraba de metérmela por el culo.
    
    —aahhh…. es mi mujer.
    
    —ah… cógelo… si no puede sospechar y te volverá a llamar… ¡aaahhh!
    
    —Vale, pero no hagas ...