Números Primos I - Cony 1
Fecha: 03/03/2019,
Categorías:
Humorísticos
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... se dió cuenta, pero ante la mención recordó perfectamente haber dicho esas palabras... se había dejado llevar por lo intenso del encuentro y su mente la había transportado hasta su primer esposo, el único hombre al que le había hecho el amor.
Había perdido
Ocultó su llorosa cara entre sus piernas unos segundos y luego atinó a salir de la cama.
- Tienes razón -dijo disculpándose-, lamento haberte hecho perder tu tiempo
- Ya te dije, no puedo contratarte
Quiso retirarse, pero él la detuvo
- ¿Dónde vas?
- De vuelta a casa, a ver qué hago... ¿dónde más?
- Espera, te dije que no puedo contratarte, pero no te dije que te fueras
- No te entiendo
- Mira mami, según el reloj de la pared estuvimos cogiendo una hora y nueve minutos.
- ¿Y?
- Que yo no altero mis decisiones así como así. Te di una hora de plazo, pero fui yo quien decidió darte más tiempo. Eso me demuestra que tienes potencial.
- ¿Entonces?
- Entonces, no puedo contratarte... ahora, pero quiero proponerte un trato: llama a ese teléfono mañana -dijo extendiéndole una tarjeta que únicamente tenía un número-, a las una de la tarde me parece bien. Duerme y descansa, no quiero que decidas nada con la cabeza o la concha caliente. Si aceptas no quiero lloros después; te advierto que detesto que mis empleados rompan su palabra, lo suelen pagar caro.
Tomó la tarjeta y lo miró. Volvía a ser el cabrón, el proxeneta que había conocido al principio... la escena se nubló en su mente ...
... mientras creyó que veía algo de luz... la niebla se aclaró y le mostró lo que hizo al día siguiente.
Cuando llamó por teléfono él le indicó que lo esperara en un estacionamiento de un centro comercial. No tuvo mayores aprehensiones, considerando que era mediodía y la cantidad de gente le daba seguridad. La recogió en un sedán color negro, bastante discreto y casi nuevo, a juzgar por el olor del interior. Se saludaron sin siquiera un beso en la mejilla y él condujo hacia la zona de Coconut Grove, donde entraron a una mansión que estaba siendo remodelada. Condujeron hasta la parte trasera donde había una construcción al borde del mar; parecía una unidad de almacenamiento de dos pisos, pero claramente había también material de construcción desperdigado por allí. Detuvo el auto, tomó un maletín del asiento de atrás y le indicó que bajara y lo acompañara dentro, subiendo al segundo piso por una escalera lateral.
Lo siguió dentro, hallando en el lugar una mesa y dos sillas, bastante simples, como único mobiliario. Él le indicó con un gesto que se sentara, e hizo lo propio, al otro lado de la mesa. Una vez cómodos, le explicó su propósito.
- Verás mami, lo que quiero es que te cases conmigo.
Ella, claramente sorprendida, no hizo ningún comentario.
- No se por donde empezar, así que si te mareas me detienes y me pides que te explique, ¿bien? -continuó-. Ayer, de verdad, me impresionaste. No porque hayas sido la mejor mujer con la que haya cogido, sino por tu determinación. ...