Las hermanas boticarias
Fecha: 04/03/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
Las hermanas boticarias
Concha y yo llevamos casados veintisiete años. Tuvimos un noviazgo relativamente rápido para lo que se estilaba en la época y una vez su madre me dio el visto bueno, que coincidió con mi ascenso —gracias a su recomendación, estoy completamente seguro— a cajero de agencia en el banco en el que hoy sigo trabajando, nos casamos a mediados de un mes de mayo, cuatro años después tuvimos a nuestra única hija, y hasta hoy, vivimos a gusto y puedo decir que nos queremos, además de seguir manteniendo encendida la llama del sexo. Follamos a menudo, no como simple necesidad física, sino con interés, con ganas y como parte importante de nuestra vida de pareja.
Me llamo Manuel, tengo cincuenta y dos años, dirijo la más importante agencia de banco de la pequeña pero importante ciudad castellana en la que vivimos. Cuando me casé lo hice enamorado, siendo consciente de dar unbraguetazo impresionante con la hija mayor de la viuda más rica e influyente de la ciudad y parte de la provincia. Todo salió bien y seguimos juntos.
Concha tiene cincuenta años. Se conserva muy bien físicamente, de estatura algo más alta que la media, ancha, fuerte, sin llegar a ser gorda es muy redondita. No se puede decir que sea especialmente guapa, aunque destacan en su rostro unos grandes bonitos ojos marrones y una atractiva boca de labioschupones, tiene cabello castaño oscuro levemente ondulado que lleva bastante corto casi siempre peinado con raya a un lado y con flequillo, es ...
... una mujer amable, simpática, con genio y carácter cuando hace falta, que resulta atractiva por muchas razones, como sus llamativas grandes tetas, altas, redondeadas, prietas, juntas, con un tremendo canalillo y oscuros pezones de buen tamaño.
Desde siempre sus pechos son una parte central de nuestra mutua excitación, que le acaricie suavemente las tetas con las manos durante un buen rato por encima de la ropa que lleve puesta y pase luego a usar lengua y boca con un poquito más de presión y dureza, ya directamente sobre la piel, eso pone a esta hembra muy cachonda, con ganas de follar casi ya mismo. Como somos consumidores de películas porno —casi adictos, se podría decir— nuestras prácticas sexuales siguen muchas de las pautas que en ellas se ven, y últimamente mi mujer no se suele quitar el sujetador —siempre lleva ropa interior sexy, que compra en Madrid y Barcelona según mis gustos— prefiere sacarse las tetas por fuera de las copas, así piensa que se muestran más tiesas y duras, que no se caen, de lo que está muy orgullosa dada su edad, y a mí me gusta que se deje puestas las medias, de las que llegan un poquito más arriba de medio muslo.
Tiene gran habilidad para tocarme suavemente la polla, el capullo, mejor dicho, con la punta de los dedos de las dos manos, lentamente, apenas rozándome, de manera muy excitante, verdaderamente enervante, capaz de aumentar mi ansiedad porque a estas alturas estoy ya muypalote,besándonos guarramente en la boca, con mucha lengua, sin ...