1. La vecina madura de mi abuela


    Fecha: 06/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Sconvix, Fuente: CuentoRelatos

    ... condiciones de dirigirme hacia mi cuarto, salí no sin antes ocultar pruebas y me marché escaleras arriba. Una vez en mi dormitorio no paraba de darle vueltas a lo acaecido. Por una parte había resultado ser una experiencia nueva: era una mujer mucho mayor que yo. No podía decir que me repugnaba si no al contrario, me dio mucho gusto y creo que había descubierto mi verdadera vocación: las maduras. Así que el resto del día, en su mayor parte, anduve fantaseando a la vez que intrigado por mis nuevos y recién descubiertos gustos.
    
    Todavía quedaban cinco días por delante, durante los cuales esperaría acontecimientos. Mi ética no me permitía hacer nada más pues en aquellos momentos vivía una hermosa relación.
    
    Pero los acontecimientos que yo aguardaba con impaciencia (sin querer) llegaron con el día a día. El primero de ellos no tardó en absoluto, fue al día siguiente y casi sin esperarlo. Fue nuevamente por la mañana. Me levanté como siempre, me aseé un poco antes de bajar al comedor y descendí las escaleras que me conducían a un nuevo encuentro.
    
    La voz de mi abuela y la de alguien más, manteniendo una conversación acerca de cuál sería la crema solar más recomendable para una mujer con su piel. La otra utilizaba sugerencias de lo más elocuentes, o al menos a mi abuela se lo resultaban porque yo no tengo ni idea de cremas raras. Sabía sobradamente quién era la acompañante de mi abuela en esa tertulia mañanera: era ella. Me detuve un momento, sin saber qué hacer, si entrar y ...
    ... aventurarme nuevamente a que sucediera algo o, por el contrario, quedarme en mi cuarto en espera de que se marchase. ¿Y si no se iba y me quedaba recluido toda la mañana en él?, no, probablemente saldrían, ¿y si venía alguna de ellas o la criada a despertarme? ¿qué hacer? Al final decidí dejarme llevar pues ¿qué era lo que realmente quería? sin duda alguna sentir el tenue tacto de su piel sobre la mía. Así pues crucé la esquina que llevaba al comedor y atravesé la puerta.
    
    Tras los típicos saludos llenos de cordialidad e hipocresía me senté frente a aquella mujer y junto a mi abuela. Para que os hagáis una idea la mesa era cuadrada, de madera ricamente adornada de dibujos que podían verse a través del grueso cristal que los protegía. Mi abuela tenía ambos brazos echados sobre la mesa, con la barbilla sobre ellos. Por su parte, la dama que me evocaba morbosidad (lady morbo), encontrábase apoyada al respaldo de su silla, casi echada.
    
    Mi abuela ordenó a la criada que me trajese algo para desayunar. Pedí, si mal no recuerdo, un sándwich de bacon y queso fundido (me encantan) y un zumo de naranja. Ambas mujeres continuaron discutiendo las mismas memeces que antes de mi interrupción. La criada me trajo casi al instante el desayuno; no di un par de mordiscos al sándwich cuando, ya que me disponía a dar el primer sorbo del zumo de naranja, noté un pie. Sin duda provenía de ella, odiada y amada, que volvía a por más. Casi escupo el zumo de la sorpresa pero pude contenerme.
    
    Al ...
«1...345...12»