Fui iniciado por mi tío Eliseo (final)
Fecha: 06/03/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... estremecida por la caricia.
-Qué culo tiene, Eliseo… -elogió el dueño de casa sin sacar la mano de mis nalgas.
-Cuando lo veas desnudito te infartás… -exageró tío Eli.
El señor Manuel rió mientras abría una puerta y se hacía a un lado para que tío Eli yo entráramos a lo que resultó ser el dormitorio. Evidentemente no quería perder tiempo.
Era una habitación de paredes blancas, totalmente alfombrada, dos grandes placacares empotrados, una cama de dos plazas y una mesita de noche.
Yo, ante la inminencia de lo que se avecinaba, estaba sometido a una gran tensión hecha de temor, deseo y ansiedad, todo al mismo tiempo.
-Bueno, Jorgito, desnudate y mostrale a mi amigo lo lindo que sos…
-Sí, tío… -acepté y después de una pausa impuesta por mi timidez me senté en el borde de la cama para quitarme las zapatillas.
-Parate, Jorgito, ¡parate! –me ordenó tío Eli seguramente imaginando que yo pensaba desnudarme sentado.
Me puse de pie y seguí por el jean, después la remera y por último, después de alguna vacilación, me despojé del slip. Durante todo mi striptease yo había observado a hurtadillas al señor Manuel, que no había dejado de devorarme con los ojos.
Cuando por fin quedé totalmente desnudo gritó: -¡Carajo! ¡No se puede creer!
-¿Habías visto alguna vez algo así? –preguntó tío Eli.
-Sabés que me he cogido a varios nenes, pero ninguno como éste… ¡Es increíble!... –contestó el señor Manuel y se me acercó para empezar a toquetearme. Sus manos se ...
... asentaron en mi cuello para deslizarse después hacia los hombros.
-Qué piel tan suave tiene… -decía mientras tanto.
-Sí. ¿viste? Parece la de una chica, y para mejor es lampiño, no hace falta depilarlo… ni barba le crece… -apoyó tío Eli mientras yo me sentía cada vez más excitado, ardiendo de la cabeza a los pies con las manos del señor Manuel descendiendo por mis flancos lentamente, recorriendo mis caderas, buscando y encontrando mis nalgas estremecidas…
Tío Eli se sumó al toqueteo y fue enloquecedoramente placentero disfrutar de esas manos que me recorrían entero acariciando, presionando, pellizcando sin pausas mientras, pegados a mí, me hacían sentir la dureza de sus pijas bajo los pantalones.
-Ay, no puedo más… -murmuré como un ruego y entonces el señor Manuel dijo: -¡Vamos, Eliseo! ¡Vamos a darle verga ya!
-¡Sí! ¡Jorgito tiene hambre! –aprobó tío Eli mientras ambos se apartaban para quitarse la ropa.
Sin que me lo ordenaran trepé a la cama y esperé tendido de espaldas. Tío Eli fue el primero en venir, seguido por el señor Manuel, ambos con sus vergas bien erectas.
-Encogé las piernas y separá bien las rodillas, Jorgito. –me ordenó el tío para después preguntarle al señor Manuel: -¿Tenés vaselina o alguna crema? No quiero que le rompamos el culo.
-Sí, Eliseo, ya te la alcanzo. –contestó el dueño de casa, para después abrir el cajón de la mesita de noche y darle un pote a tío Eli.
-Vaselina, tomá… -dijo y mi tío se untó la verga con esa crema mientras ...