Fui iniciado por mi tío Eliseo (final)
Fecha: 06/03/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... el señor Manuel se ubicaba de rodillas sobre mi cara, con las piernas a ambos lados y me ponía la almohada doblada en dos bajo mi cabeza. Ahí entendí que debería chupársela y la idea me excitó muchísima: ser penetrado por tío Eli y al mismo tiempo hacerle una mamada al señor Manuel. “¡Qué delicia!” pensé mientras sentía el típico e intenso dolor del comienzo de la penetración. Gemí pero durante muy poco tiempo, porque enseguida debí abrir la boca para engullir la verga del dueño de casa.
Las intensas sensaciones me desbordaban haciéndome girar en un vértigo indescriptible que se hizo aún mayor cuando el señor Manuel se inclinó hacia adelante y, para mi sorpresa, comenzó a masturbarme después de advertirme: -No dejes de mamar, nene…
Jamás había gozado tanto, con la verga de tío Eli yendo y viniendo por dentro de mi culo, la del señor Manuel latiendo bien dura en mi boca y esa masturbación que me tenía gimiendo de goce.
De pronto todo ocurrió casi al mismo tiempo: la leche del señor Manuel en mi boca, la de tío Eli inundándome el culo con varios chorros calientes, mi orgasmo cuyo semen cayó abundantemente sobre mi pecho y los rugidos bestiales de los dos hombres al acabar, y mis gemidos.
Tío Eli respiraba con fuerza por la boca, de espaldas en la cama y yo me entregaba al morboso deseo del señor Manuel, que mantenía mi pene ya fláccido en su mano derecha.
-Quiero que hagas lo que voy a decirte, Jorgito… -me dijo en un murmullo ronco con su boca pegada a mi oreja ...
... derecha.
-Sí, señor… lo que usted quiera… -contesté en actitud de sumisión total.
-Tenés varios goterones de tu lechita en el pecho, Jorgito… Quiero que vayas recogiendo esos goterones con un dedito y que vayas bebiéndolos…
Temblé al escucharlo y obedecí sin vacilar, movido por el más intenso morbo. Fui recogiendo cada gota de mi propio semen con el dedo medio de mi mano derecha y chupando ese dedo, disfrutando con el sabor de esa lechita que volvía a mí después de que mi pene la expulsara. Tragué todo ese semen mientras el señor Manuel deslizaba sus labios por mis mejillas, por mi cuello, por mis hombros y extendía sus manos para acariciarme los muslos, desde las rodillas hasta las ingles.
-¿Te gustó, Jorgito?... ¿Gozaste?... –me preguntó de pronto tío Eli, que seguía reposando de espaldas en la cama.
-Ay, sí, tío… ¡gocé mucho!...
-Me alegro, sobrino… Preparate para seguir gozando… -me alentó mi tío. Sus palabras me entusiasmaron y la fiesta continuó. En cuanto ambos hombres recuperaron fuerzas volvieron a usarme, esta vez mi tío por la boca y el señor Manuel por el culo.
Yo ardía entero cuando me ordenaron ponerme en cuatro patas y en cuanto me tuvieron en posición de perrito volvieron a darme verga, esas vergas que mi hambre de putita reclamaba. Sí, dije de putita porque así me hacen sentir ellos… ¡una putita!... que en eso me han convertido tío Eli y su amigo el señor Manuel.
El caso fue que volví a tragar leche por la boca, hasta la última gota, y ...