1. LA HISTORIA DE ALICIA, CAP. 2


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mañana-. No dejaba de dar vueltas en la cama y respiraba agitadamente. Esa noche aprendí lo que era el “mono” que sufren los adictos. Pasado un buen rato oí unos golpecitos en la puerta de mi habitación, como pidiendo permiso para entrar. Me levanté, abrí la puerta y apareció Ernesto. Yo tenía puesto un camisón ligero, que se transparentaba bastante, dejando entrever todos mis encantos. --Perdona que me presente así. Me pareció oír ruidos; como si estuvieras inquieta ¿Te ocurre algo? Primeras Confidencias Decidí no disimular y contarle la verdad: --Verás; me da mucha vergüenza decírtelo, pero es que tengo la costumbre de echar en mi vaso de leche una copita de ginebra, para poder dormir; mi madre me lo viene haciendo desde hace años. Al no haberlo hecho esta noche me encuentro algo nerviosa, porque mi cuerpo ya está habituado a ello y parece que lo echa en falta. --Pensé que te había hecho daño la cena o algo así. Si solo es eso, tiene fácil arreglo. Levántate y bajamos al salón; nos tomamos una copa, te tranquilizas y luego intentas dormir. Lo hicimos así y una vez en el salón abrió una botella y me puso una generosa ración de ginebra en una copa, se sirvió él otra y nos dispusimos a tomarlas cómodamente sentados en un sillón. --Qué sorpresa. Así que mi querida Alicia, tan jovencita como es, tiene una pequeña dependencia de la ginebra. ¿Sólo de ginebra? ¿No has probado algún otro tipo de droga: pastillas, u otras cosas? --No; nunca he probado ninguna droga, mentí. --Bueno, ...
    ... eres muy joven; alguna vez las probarás. Creo que es conveniente que te conozca un poco mejor para saber cómo debo tratarte, ya que me has dado la sorpresa de tu afición a la ginebra. ¿Te importa contestarme algunas preguntas sobre drogas y cosas así? --No me importa contestar a lo que me preguntes. Te aseguro que responderé con la verdad. No te mentiré. --Gracias por la sinceridad que me prometes. --No miento nunca. Bueno, “casi nunca”. --Veamos; doy por supuesto que no fumas, al menos no te lo he visto hacer nunca desde que nos conocemos. Me has dicho que no has probado ninguna droga, ni pastillas, o algo parecido. ¿Es así? --Así es. --¿Porqué no has tenido la oportunidad, o porque cuando te lo han ofrecido lo has rechazado? --No me lo han ofrecido nunca directamente, aunque de forma indirecta sí he tenido alguna oportunidad para la toma de alguna pastilla –otra mentira-. No he fumado nunca tabaco, ni he probado ningún porro -otra más-. --¿Me puedes explicar esa oportunidad indirecta para la toma de alguna pastilla? No contestes si no quieres. --Escucha. “Un lunes hace cosa de un par de meses, en un descanso de quince minutos en el cambio de una clase a otra, estábamos reunidas unas cuantas alumnas de primero cuando se nos acercó Elena, una compañera de segundo, repetidora, que se dirigió a Marisol, repetidora de primero, para contarle cómo de bien lo habían pasado el sábado anterior en una quedada que tuvieron varios chicos y chicas del instituto para celebrar el cumple de ...
«12...101112...»