1. LA HISTORIA DE ALICIA, CAP. 2


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estuve dudando si acudir o no. Por un lado pensaba que en mi situación no podría corresponder con ellas llevándolas a casa así que, como la invitación no fue directa sino genérica, pensé que si me invitaban expresamente diría lo que se me ocurriera entonces; si no lo hacían yo no tomaría la iniciativa. Además me pareció que Elena no era muy de fiar, en cuanto a que fuera capaz de mantener la necesaria discreción; me temía que si yo fuera y, por alguna razón, me despendolara, Elena no tardaría mucho en divulgarlo, y yo no quería por nada del mundo estar en boca de los demás y crearme una fama que no me beneficiaría en absoluto. No me invitaron expresamente, por lo que no fui; esa ha sido la ocasión más cercana de consumir alguna pastilla. Me consta que ha habido más quedadas como aquella y que, tal como vaticinó Elena, al final ha sido más de una la que ha acabado por follar con varios. He visto una grabación que lo atestigua. --Muy bien, Alicia. Así que estás virgen de drogas y de sexo. Sin embargo, aún tengo que hacerte una pregunta más. Tú y yo estamos viviendo lo que la gente normal podría considerar una aventura. Muchos hombres maduros suelen presumir de sus aventuras amorosas con sus amigos, máxime cuando la “víctima” es una jovencita: ¿No tienes miedo de que sea yo quien divulgue todo lo que ha sucedido hasta ahora, o que pueda suceder en el futuro, entre nosotros? --Tengo la intuición, por cómo te has comportado conmigo desde que nos conocemos, de que tú eres una ...
    ... persona seria, muy agradable y cariñosa: creo que serías respetuoso con mi intimidad y no lo divulgarías. ¿Has contado a tus amigos las aventuras que, sin duda, has tenido antes? --Algunas veces sí que las he contado, incluso para que ellos también tuvieran la oportunidad de participar. Pero, tranquila: en esos casos siempre ha sido con el previo conocimiento de la chica y su autorización para que lo hiciera; a veces no solo con su autorización, sino con petición expresa por su parte para que lo contara a mis amigos y pudieran ser partícipes de la fiesta. Explicado convenientemente todo esto, creo que lo mejor que podernos hacer ahora es bajar a la sala de proyección, dijo Ernesto. No se escuchará nada desde el exterior, ni ruidos ni luces. Ahí estaremos más cómodos y podrás terminarte tranquilamente la ginebra ¿Tienes sueño? Contesté que el sueño se me había pasado y sin dudar le dije que de acuerdo. Ya me había bebido casi toda la copa de ginebra que Ernesto me había puesto, haciendo un gran esfuerzo para no bebérmela de un trago y que Ernesto lo advirtiera. Ernesto cogió la botella de ginebra y su copa, yo cogí la mía y bajamos a su cine. Encendió una luz muy tenue, nos acomodamos en los almohadones que había en el suelo y me preguntó si quería ver alguna película, pero me advirtió que eran, casi todas, algo “picantes”. --¿Son pelis porno? --Bueno, algo por el estilo. Tengo muchas caseras, algunas comerciales, y bastantes bajadas de internet. Creo que eso no te extrañará. Soy ...