1. LA HISTORIA DE ALICIA, CAP. 2


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... sorprendida del tamaño al que se dilató mi esfínter para albergar su polla. Raúl dobló su oferta a mil euros y con ese dinero me compró el equipo de música y el resto quedó para que lo usara en la compra de futuros caprichos. Fue el primer dinero que gané vendiendo mi cuerpo. Me trajo de vuelta a casa, se despidió de mí y dijo que el lunes lo haría de mi madre. Luego se marcharía a Sudamérica con un contrato de trabajo de su empresa, por varios años. --Nunca te olvidaré, Alicia. Has sido fantástica. --Yo también te recordaré siempre. Has sido el primero en todos mis agujeros. Quién sabe cuántos vendrán después. Me quedé sola en casa y decidí emborracharme otra vez, como forma de celebrar mi estreno en la sexualidad, y dar por cerrado estos “incidentes”. Raúl no volvería El lunes volví a la actividad escolar y a las tardes de playa en compañía de Ernesto, pendiente que publicaran las notas finales del curso. 8 DE JUNIO 2011 Era un miércoles en que no había ido a la playa porque estaba bastante nublado. Serían las cuatro de la tarde y estaba muy aburrida sentada en la mesa del jardín de casa repasando unas tareas del colegio de la asignatura que más se me atravesaba, con un vaso grande de coca cola, al que había añadido una copita de ginebra. Se me veía fácilmente desde la acera y pasó por allí Ernesto con el que coincidía casi diariamente en la playa. Me había contado que era separado y que vivía solo. Yo le dije que iba siempre sola a la playa porque mis padres estaban ...
    ... trabajando. Al verme en el jardín me saludó con un: --Hoy no has aparecido. Te he echado en falta. --Está nublado y con este viento no será raro que haya tormenta. Si me pilla allí me cala antes de volver a casa. --¿Haciendo deberes? --No, exactamente. Repasando un poco de un examen. --Si necesitas ayuda quizá yo pueda explicarte algo; soy profesor de instituto. --No me vendría mal, porque algún problema es bastante complicado. -Me parecía una buena persona y no me inspiraba sospechas, así que abrí la puerta del jardín y le invité a pasar-. Se había levantado bastante aire, que presagiaba tormenta, y no me apetecía que algún vecino nos viera juntos en el jardín, por lo que recogí los cuadernos y le dije que estaríamos más cómodos en el interior, -a salvo del ventarrón y de miradas indiscretas-. Ernesto entró y pasamos al salón. --¿Deseas tomar algo? --Me conformo con un poco de agua fresca. Cerré la puerta y corrí los visillos del ventanal para preservar la intimidad. Fui a la cocina y volví con una botella de agua, que saqué del frigorífico, y un vaso. Nos sentamos a la mesa y durante hora y media repasamos algunos temas de matemáticas. Cuando terminamos pasaba de las cinco y media de la tarde, casi las seis. --Me encuentro algo incómodo, por si llegan tus padres y no les parece bien que me hayas permitido entrar. --No te preocupes. Esta tarde doblan turno en el hospital. Tienen guardia y no vuelven hasta mañana al medio día. -Fue lo primero que se me ocurrió para no entrar en ...
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