1. Mi tía me sedujo II


    Fecha: 08/03/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonó el teléfono. Ella aminoró su marcha, se despegó lentamente de mí y fue a contestar el teléfono. “Hola mi amor, ¿qué tal Puebla?” dijo con el teléfono en mano, una sonrisa tierna y pícara y regresó a mí. Yo estaba de piedra: era mi tío al teléfono. Sin importarle nada, ella se volvió a hincar y, aún hablando con su esposo, reanudó su labor. “Todo bien amor… Ah, es que estoy comiendo una “paleta” que uno de “mis niños” me regaló” dijo descaradamente mientras seguía mamando. Lo hacía ruidosamente sin importarle que su esposo escuchara.
    
    Debido al morbo de la situación (mi tía haciéndome una mamada y al mismo tiempo, hablando con el cornudo de mi tío) estaba dejándome llevar y solté un leve gemido. Ella se detuvo en seco y me miró severa, pero sonriendo levemente. Se llevó el dedo índice a los labios, indicándome que guardara silencio y siguió con su afanosa lamida. Tuvo una charla superficial con su marido mientras mamaba mi verga y colgó.
    
    —Ese wey es un pendejo – dijo algo enojada – sólo habla para ver si no le estoy poniendo el cuerno
    
    —Y ¿no? – dije riendo
    
    —Pues se lo merece. Tiene a este cuero y no lo aprovecha. Mejor que lo aproveche otro. Por wey – decía sacándose mi verga de la boca y cuando terminaba alguna frase volvía a engullirla.
    
    —Pues aprovechemos el tiempo que nos queda – añadí
    
    —¿No estás cansado de ayer y de hoy en la mañana? – me preguntó con una sonrisa cómplice
    
    —La verdad es que tengo ganas de más. Hacía más de dos meses que no cogía. ...
    ... Sólo tuve sexo con mi mano y no es lo mismo. – respondí entre gemidos y tras escuchar una leve risa añadí – Además quiero abrirte ese culo tan rico que tienes tía
    
    —Ok… - me miró y aminoró la mamada – pero prométeme que tendrás cuidado. Si me duele mucho, paramos.
    
    —Lo que te prometo es que te voy a hacer gritar, hija de tu puta madre – dije con tono dominante, tomé su cabeza y le encajé mi verga de nuevo en su boca. Solo la vi sonreír.
    
    Minutos después terminé de nuevo en su boca y tragó gustosa mi ración de semen. Por inverosímil que parezca mi erección no disminuyó después de venirme. Levanté a mi tía y la conduje hacia el cuarto donde mi tío y ella dormían. De caminó le solté una buena nalgada y ella soltó una risita. La aventé en la cama y la penetré lentamente tras despojarla de sus últimas prendas. Ella lo agradeció con un gemido y comenzó a moverse rítmicamente con mi semilento, pero constante mete y saca.
    
    Pasado un cuarto de hora, le dije que se pusiera a cuatro y lo hizo felizmente. La penetré de nuevo y chupé mi dedo pulgar hasta dejarlo rebosante de saliva. Abrí sus nalgas un poco y observé su ano. Era hermoso. Pequeño, ajustado y café. Comencé a frotarlo con mi pulgar y en un momento dado lo introduje. “¡Oh si cabrón, hazme tuya!” “¡Que rico coges sobrino!”
    
    Movía mi pulgar dentro de su culo mientras mantenía un ritmo normal. Buscaba dilatarlo lo más posible para que la penetración no le doliera y lo disfrutara tanto como yo lo iba a hacer. Yo estaba en ...
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