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Mi tía me sedujo II
Fecha: 08/03/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... la gloria penetrándola, pero estaba muy lejos del orgasmo. Saqué mi pulgar y lo chupé. Lo introduje de nuevo, con firmeza, pero sin ser brusco. Lo retiré completamente y repetí la jugada. Al parecer a ella le gustaba aquel tratamiento, pues cada vez gemía más y ella misma aumentaba el ritmo de la cogida que estaba recibiendo. Al mismo tiempo, chupé mi otro pulgar y forcé su entrada. Entró con asombrosa facilidad. Seguí con la cogida mientras que con mis pulgares dilataba su oscuro agujero. Ella sólo gemía y gemía mientras se movía como poseída. Después de unos 15 minutos de estar así, se la saqué y le solté una buena nalgada en el culo. Ella me volteó a ver con una sonrisa. “¿Por qué paras?” me preguntó y le solté otra nalgada. Gimió levemente y lo volvió a preguntar. —Quédate como estas puta – le espeté – que ahora si te voy a dar por el culo —Si me duele, paras cabrón. Al fin y al cabo, tienes una boca y una vagina a la que cogerte cuando quieras. – dijo autoritariamente —Te va a doler, pero te va a gustar tía – le dije albureramente – ya verás que sí. Me acerqué a ella y le di un lametón que abarcó su concha y su culo. Ella se estremeció y comenzó a gemir nuevamente. Devolviéndole el tratamiento oral que me había proporcionado hace unos momentos, logré lubricar su culo lo suficiente. De vez en vez metía uno o dos dedos en su orto para que no perdiera la elasticidad. Paré y la penetré por la concha una vez más. Mantuve un ritmo frenético por unos instantes ...
... y se la saqué. “Ahora si vas a ver lo que se siente ser culeada pendeja. Va a ser como un dolor de muelas: te va a doler, pero no vas a querer que te la saque.” Ella asintió a mis palabras y alzó un poco más su imponente culo. No me contuve más y le solté una fuerte nalgada. Comencé a introducir mi pene y ella soltó un respingo. “Mastúrbate lentamente” le ordené. Sentí como dirigía sus manos a su vulva y obedecía. Mi verga fue entrando poco a poco. —¿Te duele? – pregunté preocupado —Un poco, pero es soportable – me respondió —Voy a seguir entrando. Va a la mitad – la previne —Ok Seguí avanzando hasta que entró casi por completo. Todo este proceso se realizó en silencio. Dejé mi verga reposar dentro de sus entrañas un momento para que se acostumbrara a su tamaño. Instantes después comencé a moverme lentamente. ¡Vaya que estaba apretada! Que delicia. Terminaría pronto si no me concentraba. Poco a poco aumenté el ritmo hasta llegar semilento. —¿Te esta doliendo? – pregunté de nuevo —Sorprendentemente no amor – dijo en tono normal – de hecho lo estoy comenzando a disfrutar —Entonces voy a aumentar de ritmo – le dije —Como quieras… me está gustando… pero dame otra nalgada. Fuerte, pero sólo una – me ordenó Feliz, cumplí su orden. Ella gemía cada vez más y yo aumentaba de velocidad. Se la saqué entera y se la clavé de un solo golpe. Ella gritó de placer y dolor pero se movía. Sin más la taladré inmisericordemente. Ella gemía y le solté una que otra ...