El Culo de Doña Felicia
Fecha: 09/03/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tabú
Anal
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... me embadurnaba el rabo con lubricante. A continuación, coloqué el capullo en posición y di un último consejo a la guarrilla:-Bueno, tía, ahora quiero que te vayas haciendo un dedillo mientras te reviento el culo. Quiero que te corras cuando te inunde las tripas de leche, ¿de acuerdo?-¡Mmmmmsíiii! -asintió ella, a duras penas, con la boca tapada por el plug a modo de chupete.En aquellos momentos la escena era lasciva y puerca a más no poder. En la calurosa habitación, entrando la radiante luz del mediodía y con la brisa agitando una fina cortina de la ventana, el ruido de la fiesta y el olor de la barbacoa llegaban nítidamente a la cama. Allí estaba mi tía, a cuatro patas, y con su cabeza aplastada en la almohada. Yo, acuclillado tras ella, tenía mi polla enterrada en su ojete. Me movía con rabia, montando una ruidosa escandalera que se sobreponía al sonido que llegaba de la fiesta. Tenía un pie junto al careto de la cerda y se lo iba restregando por la jeta. Ella, seguía con el plug en la boca, mamándolo como si de una pollita se tratase. Lo cual, además, tenía el beneficio práctico de ahogar sus gemidos. No ocurría lo mismo con mis jadeos, cada vez más intensos.La verdad es que estaba tremendamente excitado y sentir la polla apretada en el estrecho culo de la puerca, un culo que había deseado durante tanto tiempo, me ponía como una moto.Ella parecía estar disfrutando también y con una de sus manitas, se frotaba su encharcado coño. Y todo ocurría en la cama que cada noche ...
... compartía con el cornudo. Un lecho nupcial presidido por un tétrico crucifijo en el que seguro que hasta a Cristo se le estaba poniendo la polla morcillona con la escena que se desarrollaba bajo su presencia.Para completar el cuadro, al lado, en la mesita, había una entrañable foto en la que la zorra de mi tía y el cabrón de su esposo, contemplaban sonrientes la escena.Pero, cuando estábamos en lo mejor, nos dimos un susto de muerte, al abrirse la puerta de golpe. La escena se congeló. Saqué la polla del culo con un sonoro "pop" y me giré asustado hacia la puerta, al igual que mi tía.A ninguno se nos había ocurrido cerrar el pestillo. No esperábamos visitas inoportunas. Allí, parada en el dintel, teníamos una. Se trataba de Maruja, la doncella de unos sesenta años que llevaba toda la vida en la familia y que, con un montón de ropa entre las manos, se había quedado paralizada con la escena.Boquiabierta y aterrorizada, no dijo ni pío. Felisa también estaba en shock, así que fui yo el que tomo la iniciativa y le pregunté a mi tía:-¡Eh, despierta, empanada...! ¿tienes dinero en esta habitación?-Sí, sí... –balbuceo, tras escupir el plug entre hilillos de baba- Tu tío, siempre guarda algo en el cajón para las emergencias.Lo abrí y vi un buen fajo de billetes de cien euros. Cogí 300.Rápidamente, antes de que Maruja pudiese reaccionar, con la polla tiesa bamboleándose, me acerqué a la atónita doncella y, al tiempo que le entregaba la pasta, le dije:-Coge esto y que no se te ocurra decir ...