Doble placer
Fecha: 10/03/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Después de mi corta e intensísima aventura masturbatoria en el probador de un almacén y de enviarle por correo a Vudu Blanco con lujo de detalles la descripción de lo que hice, él me comentó que le había gustado mucho e incluso se había masturbado leyéndolo. Sus palabras me excitaron, me sentía halagada de que él se hubiera pajeado con mi relato, relato que el había ideado e inspirado.
Acto seguido me escribió retándome a llevar a cabo una segunda prueba, he aquí la primera parte:
En el video club
"Ve aun video-club donde no te conozcan y ponte a curiosear las películas porno de manera descarada. Ya se que eres un poco tímida, y quizás te cueste esta parte. Pregúntale al dependiente sobre las películas porno. ¿Cuál es la más fuerte que tiene? ¿Cuál que te recomienda él? ese tipo de cosas, lo que se te ocurra. Y procura que la gente que esté alrededor te escuche como quien no quiere la cosa.
Al final tienes que elegir entre estos dos tipos de películas. O una de negras o una de homosexuales."
Quedé con la boca abierta después de leer esto, el tenía razón, soy tímida y no un poco sino mucho, soy esa típica mujer que uno ve en una biblioteca, sentada un poco aparte, con lentes… fea no soy pero tampoco soy de las que les gusta llamar la atención, que las miren, prefiero mantener un "bajo perfil" aunque mi mente este llena el 90% del día de pensamientos lujuriosos.
Tardé muchos, muchos días en decidirme, no era algo fácil, no para mí así que tenía que sentirme ...
... segura de mi misma y que mejor manera que con el vestuario. No podré ser la mujer más sexy del planeta pero con otra ropa, algo de maquillaje, lentes de contacto entre otras cosas… la situación cambia.
Así que al contrario que para la prueba del probador a la cual me fui con ropa de casa, para ir a alquilar la película me vestí como si me fuera de marcha: una falda ajustada negra, botas del mismo color de tacón, blusa roja pegada al cuerpo y escotada (la idea era llamar la atención), maquillaje especialmente en los labios y un suave perfume que dejara un agradable rastro al pasar. Me aferré a una enorme cartera negra y después de echarme la bendición salí. Tomé un taxi y le di la dirección de un video-club a varias cuadras de mi casa, en un barrio poco frecuentado por mí.
Al entrar al lugar respiré aliviada al comprobar que la zona de películas XXX estaba en un cubículo aparte, lo suficientemente separada como para no pervertir a ningún niño que estuviera con sus padres buscando una película infantil. Tomé mucho aire y comencé a avanzar resueltamente por el pasillo hacia la zona "roja". Debía pasar frente al dependiente que aún no se percataba de mi llegada y revisaba su computador. El ruido de mis tacones hizo que volteara a mirar hacia el lugar de donde provenían las pisadas… definitivamente me sentía más segura, me sentía hermosa y deseada, solo hacía falta pensar en las miradas del taxista y ahora del dependiente… incluso me atreví a sonreírle un poco a manera de ...