Doble placer
Fecha: 10/03/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... importante que sea grandecita para que no se quede corta en tus movimientos y para que el agua no pierda la temperatura demasiado rápido."
Que imaginación la de este hombre, me encantaba, no hay nada como un hombre con imaginación. Buscaría esa botella, gozaría en su honor, me masturbaría para él en la distancia, disfrutaría como una loca gracias a su ingenio.
Miré el reloj, mi esposo estaba a punto de llegar, no tenía tiempo, tendría que esconder la película y esperar hasta el día siguiente.
Cuando mi esposo llegó yo estaba con ropa común y corriente, con la cara lavada y la mirada más inocente que pude inventar. El saludó a su "juiciosa" mujercita y se fue a dormir pues estaba muy cansado. Me reí en mi interior y mentalmente le dije: "déjame con ganas esposo mío, no me hagas el amor esta noche pues mañana apenas te vayas tendré placer para dar y convidar".
Así fue, a la mañana siguiente apenas se fue salté de la cama a buscar la dichosa botella. Encontré una muy apropiada, de jugo de fruta, la cual lavé muy bien por dentro y por fuera, acariciándola con el jabón imaginando lo que haría con ella en unos minutos. Calenté un poco de agua, la quería bien caliente. Llené con ella la botella y la llevé a mi alcoba donde acomodé unos cojines para colocarla en medio, tal y como Vudu Blanco me había dicho. Las cortinas y ventanas seguían cerradas y la cama revuelta, mejor así.
Mientras el cristal cogía la temperatura del agua comencé a despojarme del pijama, no podía ...
... ni quería esperar a bañarme. Puse la película y me senté cómodamente.
Que comience la función….
Parecía una rana abierta a más no poder sobre la botella. Efectivamente toda mi zona húmeda quedó en contacto con la botella, de extremo a extremo y el calor que emanaba de ella se sentía muy pero muy bien. Me reí un poco pero luego me calmé, debía estar muy concentrada para comenzar a moverme.
La película comenzó, poco preámbulo como suelen ser las películas porno: dicen hola y a follar. La escena se desarrollaba al aire libre, en un desierto o algo así, estaban una negra, con un rostro, tetas y culo de infarto y un hombre blanco lampiño con una verga larga y gruesa. Comenzaron vestidos, discutiendo por algo… subí un poco el volumen aunque la parte que me interesaba era la de los gemidos.
Soy una mujer muy visual, me excito viendo cosas o recordándolas y si a todo eso se le suma unos grititos de placer… me vuelvo loca.
La discusión entre el blanco y la negra terminó con un beso. La arrinconó contra una roca y en cuestión de segundos estaban sin ropa. Al verlos desnudos yo comencé a moverme lentamente sobre la botella disfrutando desde el primer momento las deliciosas sensaciones que me proporcionaba su estriada textura, su calor… mis labios vaginales estaban completamente abiertos y yo muy sensible. A medida que comenzaba a excitarme, humedecía la botella lo cual hacía que fuera más fácil resbalar sobre ella.
Mostraron un primer plano de la punta de la verga del ...