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¡Que gusto me da mamá!
Fecha: 17/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Pfasensio, Fuente: CuentoRelatos
... la entrada del culo en la otra. De pronto, advertí que no entraba con tanta facilidad, a pesar de mantenerlo en la misma puerta. Le costaba bastantes esfuerzos. Volví a gemir de placer, y él repitió su consabida pregunta: -¿Te hago daño, mamá? -No… Métemelo hasta el fondo, por favor… Poco a poco fui advirtiendo que aquel dedo tenía una longitud casi tres veces mayor que lo que yo atribuía a uno normal. Claro que no dejaba de desencadenarme una sucesión de orgasmos… Cuando entró en su totalidad, hasta el tope, creí que me ahogaba. Pero todavía me quedaron fuerzas para recomendarle: -Haz el masaje de dentro hacia fuera… Nunca imaginé que el "pajarito", como yo llamaba a su pene cuando era niño, hubiese aumentado de tal manera, hasta el punto de brindarme un mayor placer que todo el conseguido en mis 18 años de matrimonio. Fue tal la cantidad de orgasmos que me llegaron por medio de aquello que no era un dedo, que conté hasta cuatro antes de que él se decidiera a sacarlo de la "jaula". Finalmente, Rosendo rego hasta el fondo de mi recto, Y tras sacarlo, se quedó dormido en mi cama, pegado a mi cuerpo. Aquellos masajes picoteando en mi culo con su "pajarito", que en pleno alcanzaba los veinte centímetros de longitud, duraron hasta que una tarde nos sorprendió mi marido, precisamente el momento que mi hijo me depositaba su leche en mis entrañas. Cuando pensábamos que se iba a originar un gran escándalo, todo acabó con una permuta de camas; mi marido se pasó al dormitorio de Rosendo, y esté se trasladó al mío. El milagroso dedo o "pajarito" de gran tamaño, ya me ha masajeado por todo el cuerpo y ha visitado la totalidad de mis orificios. Dándonos un placer mutuo desde hace diez años. Seguro que continuaremos durante muchos más.