1. Mis traviesas vecinas


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de un cuadro alérgico. Me fui rápidamente a mi casa a buscar un alérgeno potente para estos casos… a pocos minutos se la suministré. Me quedé observando la zona afectada un par de minutos más y le di un pequeño masaje que más que bajarle la hinchazón la puso chorreando. Muchísimo trabajo me costó aguantarme y no fundir mi boca en su coñito para secar sus fluidos.
    
    Una vez que se normalizó remitiendo un poco el dolor, les dije que me iba a mi casa pero que tomara líquidos, se aplicara con cuidado un poco más de hielo que la zona de hinchazón para estuviese siempre bien refrigerada durante al menos una hora más, y que si necesitaban alguna cosa no dudaran en pedírmela a su entera disposición, ya sabían dónde vivía. Al llegar a mi casa no pude evitar tumbarme en el sofá y esperar a que Alicia me rebajara las ganas de follar después de haber visto la única parte el cuerpo de aquella chica que me faltaba por ver. La madre me agradeció mucho la atención…
    
    -”Muchas gracias por todo, me llamo Marta y mi hija es Ana”. Joder Ana como mi ex, ese nombre me persigue allá donde voy.
    
    –“No se preocupe por nada todo irá bien y ya sabe dónde vivo… si ve que la hinchazón no remite avíseme a la hora que sea…aquí tiene mi número de teléfono”.
    
    La cura debió de ser efectiva porque solo me llamó la madre para agradecerme la atención otra vez, la hinchazón había remitido y la niña estaba muy bien. Esa misma mañana vino mi padre, el abuelo Sebastián, lo invité a que pasara unos días con ...
    ... nosotros sabiendo que estaba solo y a Alicia le encantaba estar con él, se acomodó en el apartamento con nosotros. No obstante al día siguiente tenía una revisión de colon en el hospital comarcal que le llevaría un par de días, al tener que quedarse una noche interno, Alicia se prestó a acompañarlo mientras me quedaba allí con la niña los dos o tres días que necesitaban para el reconocimiento y la espera de los resultados tras la intervención que le hicieron hace dos años. Me había quedado con la cría, y como ya pasaban un par de días desde la picadura, serían como las cuatro de la tarde cuando toqué el timbre de la puerta a preguntar por la recuperación. Al abrirla me encontré con la chica de frente me saludó y después apareció su madre… me pidió pasar al interior del apartamento. Al primer momento no me reconoció la joven, quedándose extrañada que el exhibicionista del vecino se presentara en su apartamento de esa manera tan sorpresiva... mucho más con la niña en brazos, pero rápidamente su madre se dio cuenta de ello y le dijo que era el vecino que la ayudó con el ataque alérgico por la picadura de la avispa africana. Me invitaron a pasar gustosamente y me acomodé en el sofá con ellas. Marta se sentó en una silla apoyando el pecho contra el respaldo. Les pregunté por su estado… se me quedaron mirando y la madre respondió…
    
    -“Muy bien… mi hija no se acuerda de ti…, estaba muy afectada por la picadura”. Yo me quedé unos segundos mirándola cuando de repente descubrí su mechón ...
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