1. Mi feminización III (final)


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... gentilmente compartió su leche con ambas llevando su miembro a cada una de nuestras bocas. Su sabor era intoxicante y agridulce. Jugué con él en mi boca un ratito, y luego me lo trague. Volví a abrir la boca mostrando que me había tragado todo y bruno nos dijo que éramos unas putitas obedientes. Gabriela le limpio la pija sacando hasta el último rastro de leche. Le agradecimos como buenas putitas. Podía volver a concentrarme en mi macho y la cogida que me estaba pegando, me dolía un poco pero no quería que se detuviera. Gabi me acariciaba los huevos, lo disfrutaba muchísimo. - Si así cógeme!!!, dame más duro!!!, cógeme como una puta!!!, dale, cógeme como un hombre, maricon!!! Esto último toco una fibra en él. Me dijo toma hija de puta y empezó a darme sacando su verga casi en su totalidad para volver a clavarla a fondo con la cadencia digna de una máquina de coser. Volví a acabar, mucho más fuerte esta vez. Cada embestida me hacía salir más leche de mi verga. Mi mente se puso en blanco, la sangre se había ido de mi cabeza, la habitación me daba vueltas, estaba en el cielo. Me la saco, y parándose sobre la cama nos bañó en una lluvia de leche que rego por todos nuestros cuerpos, la cama y el piso. Era mi primera cogida y la había disfrutado a pleno. Estaba exhausta, lo último que recuerdo era una lengua que limpiaba mis cachetes dulcemente. Cerré los ojos y desfallecí, me había quedado dormida. Lo último que recuerdo de esa noche es que Gabriela levanto mi cabeza para poner ...
    ... una almohada debajo, se acostó a mi lado y pasando su pierna por sobre las mías abrazo mi cintura apoyando su cabeza en mi hombro. - Te vas a quedar conmigo, no? Dijo con vos angelical. - Si, mi amor, nunca podría dejarte. LUNES: Me desperté con todo el cuerpo dolorido, estaba contracturada de todo el castigo físico de la noche anterior. Mis piernas me dolían mucho, y el culo me ardía como si alguien hubiera dejado una braza aun encendida allí, ser un juguete sexual tenía su precio y estaba pagándolo. No había rastros de Gabriela, ella había despertado más temprano y me había dejado dormir sin molestarme. Como pude me di fuerzas para llegar hasta la mesa de luz para tomar mi celular. Refregándome los ojos pude ver la hora, era casi la 1 del mediodía, tenía un par de llamadas perdidas de mi mamá, le mandé un mensaje diciendo que estaba bien y que ya estaba por volver, que me encontraba bien. Sentía todo mi cuerpo pegajoso, mi ropa también lo estaba. Aproveche la cercanía a la mesita de luz para buscar la llave del candado de mi castidad y me la saque, me costó un poco sacarla, estaba como pegoteada a la piel de mi pija. Al fin estaba libre de esa prisión, esa condena que yo mismo había elegido cumplir. Me entre a bañar, al sacarme la ropa sobre todo las medias me recordó la sensibilidad de mi piel totalmente depilada, una sensación placentera, aunque después de 2 días ya podía sentir algunos pelitos volviendo a crecer en mi cuerpo. Deje todas las prendas en el canasto de la ropa ...
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