Las nenas tienen mamitas - Relatos Eróticos

Las nenas tienen mamitas

... región.
-¿Cuándo vengas podemos hacer un trío con tu nena? – Fui directo a lo “importante”.
-No tengo problemas…, siempre que a ella le guste… A mí me encantaría…
-¡Bárbaro! – Nos hablamos al oído.

-Si tenés ganas le digo a Alfonsina que venga ahora a hacerte… compañía… - Paola es tan gentil y calentona, que no quiere que la hija se desperdicie. – ¡Lo hace muy bien!
-Dale, es lo que quiero, me gusta mucho tu nena.
-La voy a buscar… - Paola…, servicial como siempre.
Regresa con su hija en dos minutos. La nena está con una amplia y escotada remera sin corpiño, con un apretado short de lycra que marca voluptuosamente (con alevosía) los carnosos labios y la rajita, además del generoso duraznito, que se hamaca rítmicamente al caminar. Yo esperaba sentado en el borde la cama, con el más breve bóxer que pude conseguir… para estas ocasiones. El bulto representaba algo más que una morcillona pija, ya casi una carpa comanche, que la nena admiró gustosa. Se sacaron el calzado a la entrada, dejándolos junto a la puerta. Subieron a la cama y se acuclillaron mimosas a los pies. Yo seguí sentado “impasible”, con el bulto tratando de vencer la resistencia del bóxer.
Alfonsina se me acercó, se inclinó girando la cabeza hacia mí y me dio un beso sobre los labios. Me recosté levemente y la tomé de la cintura. Fui hacia su rostro, ahora yo, y le di un beso, metiéndole la lengua con pasión. Ella me respondió y nuestras lenguas se enfrascaron en ardiente y húmeda lucha.
Inmediatamente ...

... se acercó la mamá y nuestro beso se convirtió en uno de tres juguetonas lenguas. Paola quiere mostrarle a su hija como se trata a un macho cuando se lo quiere tener dentro: en un principio me apretó el palo, y luego introdujo la mano por el elástico luciendo la pija como trofeo. 
-Probalo Alfo…, verás que rico es… - Paola no le dio tiempo a la nena ni de enterarse de su tamaño. – La tomó de la cabeza y la hizo inclinar. Alfonsina abrió la boca y su madre se lo introdujo. Acomodé las piernas sobre la cama para que a la nena le sea más cómoda la mamada. Alfonsina es un aliciente a la lujuria y la perversión, pero la mamá no puede quedar afuera, en ningún momento, dado que, a sus propios y relevantes méritos, se suma la complaciente actitud en la entrega sexual de su hija. 
Mientras Alfonsina me la mama, le indico a Paola pararse frente a mi cara y flexionar un poquito las rodillas, para que su húmeda y semipeluda conchota quede a la altura de mi boca. La tomé de los glúteos, no solamente para que no le sea demasiado esfuerzo estar semi agachada, sino para apretarla contra mi rostro, y poder chupar y lamer tan exquisito manjar. 
Por el momento, este inesperado trío está funcionado muy bien. Alfonsina, sobre todo, está cautivada por lo que tanto su madre como yo le estamos brindando. No creo que alguna vez se haya imaginado participar de un juego sexual de esta naturaleza. 
-¡Mamita! ¡Qué lindo que jugás con Dani! ¡Yo también quiero!
-Si mi amor, ahora lo hacemos… - Paola la ...