experiencia en un circo - Relatos Eróticos

experiencia en un circo

... rió, un sonido profundo y contagioso.
—Ahorita lo veremos,, jaja.

Luis intervino, su voz grave y sugerente.
—¿Ya la invitaste a la reunión?

Jorge asintió, y antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, me invitó a ir a Morelos, a una casa con alberca nada importante cerveza musica y charla.
—¿Quieres venir?

Acepté sin dudarlo, aunque una parte de mí se preguntaba en qué me estaba metiendo yo nunca había salido con hombres de esa edad, puros chicos de mi edad. yo apenas había cumplido 17 años hacia unos dias, y jorge ya era un hombre de 28 años.
—Sí, nada más avisaré a mi papá.

La función terminó, y . Nos subimos al coche de Luis: yo en el asiento trasero, Luis al volante, y Jorge de copilóto. El coche avanzó se pararon en una tienda a comprar cerveza antes de salir ala carretera oscura. Las miradas de Jorge y Luis se cruzaban en el retrovisor, llenas de promesas que no entendía del todo, pero que me excitaban de una manera que no podía negar.

—¿Nerviosa? —preguntó Jorge, su voz baja y seductora, destapo una cerveza y me la dio.

Me encogí de hombros, intentando parecer despreocupada.
—Un poco. No lo sé. regunto entre risas, mi voz resonando en el interior del coche con una ligereza que no siento del todo: "¿Por qué la cerveza? ¿Me quieren emborrachar?". La risa profunda de Luis llena el espacio, cálida y contagiosa, mientras responde con una sonrisa pícara: "Es para que agarres valor, la carretera está muy oscura y te podríamos meter un ...

... susto". Sus palabras me hacen reír también, pero en el fondo de mi estómago hay un nudo de nerviosismo que no puedo ignorar. La excitación comienza a apoderarse de mí, una corriente eléctrica que recorre mi cuerpo y me hace sentir viva, peligrosamente viva. "Creo que necesito otra cerveza", digo, estirando la mano hacia la lata fría que Luis me ofrece. Nuestros dedos se rozan, y ese pequeño contacto me hace sentir un escalofrío que no sé si atribuir al frío de la lata o a la proximidad de su piel.

luis concentrado en el volante, interviene con una calma . "Ya casi llegamos, estamos a 20 minutos", dice, su voz suave pero firme. La oscuridad fuera del coche es absoluta, solo interrumpida por las luces ocasionales de otros vehículos que pasan en sentido contrario. Me pregunto qué habrá más allá de esa negrura, qué secretos esconde la noche y qué nos deparará 

La cerveza hace efecto, calentando mis mejillas y aflojando mi lengua. "Jajaja, ¿y el susto?", bromeo, intentando disipar la tensión que se acumula en el aire como una tormenta a punto de estallar. Luis se ríe de nuevo, su mirada brillando con una complicidad que no entiendo del todo. "Jorge, muéstrale", dice, y su voz tiene un dejo de desafío, como si estuviera lanzando una apuesta que no puedo rechazar. l aroma dulce de mi perfume,me tenía excitada como nerviosa. Jorge . Su mirada era intensa, podía ver a través de mi blusa ajustada y leer mis pensamientos más íntimos. Me sentía expuesta, pero también deseada, . Mis manos ...