experiencia en un circo - Relatos Eróticos

experiencia en un circo

... sudaban ligeramente mientras jugueteaban con el dobladillo de mi falda, y mi corazón latía con fuerza contra mis costillas, como si supiera que algo grande estaba a punto de suceder.

—No era la primera vez que estaba con un hombre, pero Jorge era diferente. Había algo en su seguridad, en la manera en que me miraba, que me hacía sentir como si estuviera a punto de cruzar una línea que no podía retroceder. Mi ex, Pepe, había sido mi primera y única experiencia seria, y aunque había sido intenso, no se comparaba con la electricidad que Jorge despertaba en mí, pero Jorge era una fuerza de la naturaleza, y yo no podía evitar sentirme atraída por su intensidad, y su edad.

aunque mi corazón latía con fuerza en mi pecho. yo apenas habia cumplido 17 años, así que simplemente apreté los labios en una especie de sonrisa nerviosa. Jorge se deslizó hacia atrás, posicionándose entre mis piernas. Su rostro se acercó a mi intimidad, y sentí un escalofrío recorrer mi columna. Su aliento cálido en mi piel me hizo contener la respiración, y mis músculos se tensaron en anticipación. como si el calor emanara de mi propio cuerpo.

Luego se levantó frente a mí, su expresión seria pero con una chispa de diversión en sus ojos oscuros. Su cuerpo era una escultura de músculos y fuerza, y su presencia llenaba el espacio de una manera que me hacía sentir pequeña e indefensa. Pero no tenía miedo; era algo más complejo, una mezcla de deseo y curiosidad que me impulsaba a seguir adelante.

—No te ...

... preocupes, lo haré despacito —susurró, su aliento rozando mi oído—. Cuando ya no aguantes mi verga, me lo dices y pararé.

Sus palabras me hicieron sonrojar, pero también me excitaron. La forma en que dijo "mi verga" con tanta seguridad me hizo imaginar lo que estaba por venir. No entendía del todo hasta que se bajó el cierre y con dificultad se sacaba la verga, colocándola en mis manos. Mi corazón se detuvo por un momento. Era enorme, mucho más grande de lo que había imaginado. "¿Es en serio? Está enorme", pensé mientras lo sostenía, sintiendo su peso y su calor en mis palmas. La piel era suave, pero la firmeza de su erección me recordó que esto no era un juego qué había visto 4 pitos antes y los cuatro simlares delgados entre 12 y 14 cm de largó y jorge la tenía muy gruesa y 28 cm de largo.

—¿Te asusta? —preguntó José, su voz suave pero con un dejo de desafío. Sus ojos me escudriñaban, como si estuviera tratando de leer mi alma.

Negué con la cabeza, aunque mis manos temblaban ligeramente. Con cuidado, llevé su verga a mi entrada. El contacto inicial me hizo contener la respiración. Era tan grande, tan diferente a lo que había experimentado antes. José comenzó a penetrarme lentamente, y sentí como si fuera mi primera vez. Mi cuerpo se resistía a su gran tamaño, cada centímetro una batalla contra mi estrechez. La sensación era abrumadora, una mezcla de dolor y placer que me hacía cuestionar si podía seguir adelante.

Finalmente, la cabeza entró, y solté un grito de ...