A CALZÓN QUITADO (cada vez más quitado)
Fecha: 14/10/2025,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Te dije lo que me pasaba a los 15…, igual que a la inmensa mayoría del planeta a esa edad…, a menos que sean estratosféricos. Y…, si…, aunque nunca lo hice parecer, yo también me vi tentado por el incesto…, aunque desconocía la palabreja…
A quien conocía muy bien, todavía hoy la conozco, 30 años más tarde, es a mi madre. Es (pongo “es” porque lo sigue siendo) tremendamente cariñosa, sin ningún tipo de afectación, algo totalmente espontaneo y natural. Sus caricias y besos permanentes, cada vez que yo estaba cerca, me hacían temblar. ¡Eso es algo maravilloso, por supuesto!
El problema surgió… (en realidad no sé si fue “problema”, pues nunca lo averigüé con psicólogos, psiquiatras o cosa así) cuando…, alrededor de los 15, tal como dije…, más o menos…, cambié mis “gustos…”: de dedicarme a manosear nenas…, hasta donde pudiera llegar (cuanto “más adentro” mejor), me empezaron a gustar las “mujeres mayores…” que, para mí, iban de 20 para arriba…, hasta donde sea… ¡Hasta a mi abuela le eché el ojo! ¡Y también a mi suegra…, cuando llegó el momento…!
Y…, bueno… ¿a quién tenía más a mano? ¡Justamente! ¡A mi mamá! Y fue así, justamente así… ¡a mis dichosos 15! Ahora, 30 años más tarde, me doy cuenta que era bastante retorcido…, pues de mi madre no decía nada…, pero me ocupaba diligentemente de destacar los atributos de las madres de amigos y amigas…
En general… (en “general”, no siempre), mis congéneres no se ofendían, aunque, en cuanto a las madres de las chicas, las podía ...
... elogiar sin ningún problema, pues destacaba que las hijas iban a ser tan bonitas como las mamás.
En cuanto a mi madre…, bue…, no sabía cómo encararla…
En realidad, tenía tremendo cagazo, pues no podía evitar calentarme cada vez que la veía de “entrecasa”, como ella acostumbraba a vestir cuando estábamos solos, suponiendo que yo era tan buen chico que no podría tener tan obscenos pensamientos, como imaginarme lo buena que estaría desnuda en la cama… y conmigo arriba…
Para colmo no podía desquitarme con celos a mi padre, dado que este desaparecía por largas temporadas, “por su trabajo” decía… Nunca supe si eso era así… Tampoco supe si mi madre lo sabía…, pero sus frecuentes salidas “con amigas” no me preocupaba en absoluto, dado que no tenía por qué estar esperando que mi padre apareciera cada tres o cuatro semanas… y a los cuatro días se fuera nuevamente.
Durante los años de mi niñez lo lamentaba, por supuesto, pero ya, en la pre adolescencia, no me importaba tanto. ¡Había aprendido a arreglárme solo! ¡Y mi mamá era sólo para mí!
Solamente 34 años, morenita, criollasa, rellenita, de exuberantes tetas y amplio culo, al cual yo me ocupaba de rozar siempre que me fuera posible…, y mamita nunca se quejaba o me hacía alguna observación. Cabello negro hasta la cintura, dos opíparos labios en la entrepierna, medianamente peluda, pues se recortaba periódicamente, sin llegar a depilarse totalmente…, todo lo cual había “averiguado” gracias a mis frecuentes y discretos espionajes, tanto ...