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Ari: Prisionero de Mi Piel XVI
Fecha: 04/11/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: EntreLineas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
(Se oye el rugido de la moto que para en la vereda. Llaves. La puerta de la casa se cierra. Jordan sube las escaleras con paso seguro y abre la puerta del cuarto de Ari con la copia que tiene.) Jordan (entrando, con voz baja y burlona): —Hola, muñeca. ¿Otra vez con la cara de apenada? ¿Otra vez llorando por tu mamá? Ari (temblando, secándose las lágrimas): —No deberías venir en las noches…sabes que mama esta acá en la casa, y mis gemidos pueden despertarla. Jordan (cerrando la puerta y acercándose con decisión): —Entonces tapate la boca con la almohada y asunto arreglado… lo decía con tono burlón. Yo lo miraba incrédula, Jordán no es fácil tu cosota es muy grande… asiendo un puchero. (Jordan lo atrae, lo toma por la cintura, lo alza con facilidad y lo lleva hacia la cama. Se apagan las luces. Lo que sigue se siente como una única corriente: caricias que no describo en detalle, besos que arrancan jadeos, abrazos que son posesión.) Ari (entre jadeos, intentando poner palabras): —Jordan… por favor… mamá… Jordan (susurrando al oído, voz gruesa y autoritaria): —Que escuche. Que sepa que tiene una hija. (Los sonidos se intensifican: respiraciones rápidas, gemidos ahogados. Ari no puede contenerse: sus gemidos salen más fuertes. Las paredes del pasillo repiten la vibración. Desde fuera, en la sala, la madre escucha y se queda paralizada.) Mamá (desde el pasillo, con la voz temblorosa, llamando): —¡Ari! ¿Estás bien? —(Golpea la puerta)— ¡Ari, dime que estás bien! Ari ...
... (entre jadeos, sin poder articular con claridad): —Mamá… yo… Mamá (cada vez más angustiada, gritando): —¡Suelta a mi hijo! ¡Lo que le estás haciendo, desgraciado! ¡Responde, hijo, que no te pase nada! (Jordan no se inmuta; sigue con la misma intensidad, como si usara el riesgo para encender la escena aún más. Ari, dividido entre pánico y deseo, sigue gimiendo. La madre, aterrada, golpea con más fuerza.) Mamá (llorando, a los golpes en la puerta): —¡Abre! ¡Abre la puerta! ¡Que salga! ¿Cómo se te ocurre traer a un hombre a esta casa? ¿Qué le haces, desgraciado a mi hijo? ¿abran la puerta o llamo a la policia? Jordan (con voz burlona, sin separarse del cuerpo de Ari): —Calma, señora. Está conmovido, nada más. No le hago nada que ella no quiera. Mamá (ya desesperada, gritándole a la puerta): —¡Déjalo! ¡Devuélveme a mi hijo! ¡Te voy a denunciar, desgraciado! (Se hace silencio un segundo. Ari intenta incorporarse, llora. Jordan, resignado a su juego de poder, se mueve con decisión hacia la puerta. La madre escucha el ruido de la llave: ella tiene una copia y la usa. Abre de un empujón y entra.) Mamá (al verlos, quebrada, gritando y llorando): —¡Dios mío! ¡Qué le han hecho a mi hijo! ¡Ari, quién es él! ¿Qué te han hecho? (Ari yace sobre el pecho de Jordan, con el cuerpo todavía agitado, las lágrimas corriendo por la cara. Jordan se acomoda con arrogancia, sin pudor.) Jordan (incómodo solo en tono altanero): —Tranquila, señora. Su hija ahora es mi mujer. No le estoy haciendo nada ...