1. Me llamo Violette


    Fecha: 17/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... apretados, pero respetaban la forma de su miembro. Nos quedamos en silencio unos segundos. Yo no quería separarme de él, quería restregarme un poco más y entonces fue cuando escuché cómo aspiraba con fuerza el aroma de mi pelo y de mi piel de almendras. “Oh… no…”, me dije a mí misma. De repente, todo lo que teníamos a nuestro alrededor se puso a oscuras y bajo un foco de luz, Louis y yo estábamos abrazados. Noté cómo su otro brazo descendía hacia mi cintura, para apretarme fuertemente contra él, mientras yo no separaba mis caderas de las suyas. Bajó hasta mi trasero y lo apretó fuerte contra él, mientras inclinaba sus caderas hacia mí. Entonces noté con mucho gusto lo que tenía entre sus piernas, mientras un quejido agradable salía de su boca. Mi respiración se volvió entrecortada, mientras seguía mirando al vacío. Nuestros pechos se separaron durante un instante. El tiempo justo que tardaría en buscar mis labios y hundir su lengua en su interior. Me abracé a él, con más fuerza, para evitar que esa lengua saliese de mi boca, que estaba hambrienta desde el instante en que me abrazó. Me levantó del suelo y me tumbó sobre la mesa de la cocina y mientras yo le miraba con deseo, dispuesta a dejarme hacer lo que él desease, Louis se desabrochaba la camisa, dejándome ver un cuerpo esculpido en la calle, tras partidos y partidos de fútbol. Colocó sus manos a la altura de mis muslos y comenzó a subir lentamente, haciéndome cosquillas y haciéndome desearle más. Alcanzó la goma de mis ...
    ... braguitas y comenzó a deslizarlas hacia abajo, mientras yo me desabrochaba los botones de mi blusa. Entonces se acercó a mí, para besarme una vez más y descendió a mis pechos, que ya estaban erizados de excitación. Su lengua comenzó a recorrerme los pezones, con habilidad. Succionaba como si fuera a amamantarle, pero también me los mordía. Con una mano, masajeaba mi otro pecho descubierto, y con la otra, que casi sin saberlo se había ido al piso de abajo, comenzó a deslizarse por los muslos. Entonces noté sus dedos rozándome. Sentí cómo acariciaba mis labios y buscaba, a través de ellos, un túnel para introducirse en él. Un gemido salió de mi boca, al notar que su expedición tuvo éxito. Porque introdujo dos dedos por mi sexo que estaba tan húmedo, que prácticamente, resbalaron a su interior. Durante un buen rato, Louis, se dedicó a penetrarme con dos o tres dedos, mientras dejaba secos mis pechos. Mi cuerpo se bamboleaba, contento de la penetración de mi amigo, hasta que se reincorporó y comenzó a bajarse la bragueta. Yo aún estaba tirada sobre la meas de la cocina, chupándome dos dedos y acariciándome los pezones, mientras sacaba de sus pantalones, un enorme falo, que me miraba fijamente. Recogí mis piernas, para hacer paso a ese descomunal miembro y noté cómo comenzó a sacudirlo sobre mi sexo, dándome pequeños golpecitos, que me volvían loca. Y de un solo movimiento, me penetró con intensidad, pero sin ser brusco. Noté cómo se acercaba y se alejaba de mí, mientras su pene, ...