1. Me llamo Violette


    Fecha: 17/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... resbalaba hacia mi interior, con un apetito voraz. El no me miraba a la cara, sólo miraba al techo, mientras gemía de gusto y yo me sujetaba los pechos. Me agarraba con fuerza las piernas y las abría cada vez más, para que su amigo entrara más adentro. Siguió golpeándome con su cadera, cada vez más fuerte, mientras yo gemía de gusto. El ritmo se fue acelerando y su respiración también. El roce de su pene, cada vez más grande, en mi interior, me estaba volviendo loca y el orgasmo estaba a la vuelta de la esquina. La sacó, durante unos segundos, mientras me empujaba sobre la mesa. Louis, se subió también y esta vez, de rodillas, volvió a penetrarme con más fuerza, porque ya inclinaba su cuerpo sobre el mío. ¡Qué maravilla de chico!, ¡con qué fuerza me penetraba! Notaba cómo su miembro jugaba en mi interior y vibraba de la misma tensión. Comenzamos a jadear con más fuerza, él más que yo. Estaba a punto de correrse, pero yo llegué antes, gritando de desesperación al cielo, mientras me agarraba fuertemente el pelo, porque en mi vagina llegó un orgasmo colosal que hizo vibrar todo mi cuerpo. Entonces Louis, volvió a sacar su pene y rápidamente, me puse de rodillas para tratar de que mi mejor amigo llegara al orgasmo. Me lo introduje en la ...
    ... boca sin pensármelo. Estaba tan grande, estaba tan viscoso por haber estado tanto tiempo en mis entrañas. Comencé a mover la cabeza hacia delante y hacia atrás, succionando con fuerza y agarrando la piel del tronco, para que fuese a mi ritmo. Escuché cómo Louis estaba llegando al orgasmo, porque gemía que daba gusto. Agarró mi cabeza, para obligarla a moverse más rápido y de un gritó, noté cómo una leche calentita, salía del pene de mi mejor amigo, contento de haber trabajado tanto. - ¿Te ha gustado? – preguntó Louis. - Me ha gustado mucho. – le respondí. - ¿Te ha gustado? - Sí, sí… - ¿Te ha gustado? Las luces volvieron al lugar de siempre. El ruido de risas y canciones de radio, invadieron el aire y Louis y yo estábamos en la cocina. Yo sostenía un anillo de la amistad y él me miraba con cara de sorprendido. - Entonces… ¿te ha gustado o no? – insistió Louis. - Eh… Sí. Me encanta, Louis. - Menos mal… por un momento creí que lo verías una cursilería. - En absoluto, Louis. - Genial. No es que tenga un problema con el sexo. He tenido varias relaciones y bastante satisfactorias, pero no lo puedo evitar… Y mi amigo… ni siquiera sé si es de una acera u otra, aunque se ve que da buenos regalos. En mi imaginación, me ha dado uno increíble. 
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