1. Amor de madre


    Fecha: 18/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Yiyo2115, Fuente: CuentoRelatos

    ... colgaban en el borde del asiento entre sus piernas abiertas. El ruido de los disparos y las explosiones inundaba la habitación cuando la madre de Martín entró en casa con dos bolsas de la compra.
    
    —¡Martín! ¿Me ayudas con la compra? —gritó la madre desde el pasillo.
    
    —¡Un momento, que ya estoy a punto de acabar! —respondió su hijo enfrascado en la batalla. La mujer entró con las bolsas y se paró a la altura de la puerta del salón.
    
    —Venga, Martín, que es solo un momento. ¿Coges las bolsas que quedan en la puerta?
    
    —¡Voy, voy!
    
    Justo en ese instante la partida finalizó y Martín salió rápidamente a por las bolsas, sabiendo que quedaban pocos minutos para que empezase una nueva ronda. Sin importarle lo más mínimo su desnudez salió hasta el descansillo a coger las bolsas que quedaban y se dirigió con ellas hacia la cocina. Allí su madre se encontraba colocando los productos de limpieza bajo el fregadero, mostrando su fabuloso culo dentro de un pantalón vaquero tan ajustado que parecía una segunda piel.
    
    —¿Dónde lo dejo? -preguntó entonces Martín al tiempo que levantaba levemente las bolsa.
    
    —Déjalas encima de la mesa, que después ya coloco yo -respondió su madre al tiempo que giraba su cabeza y miraba a su hijo por encima del hombro sin dejar de colocar botellas.
    
    Martín hizo lo que su madre le pidió y dejó caer las bolsas sobre la mesa. Tras horas de juego sin parar se encontraba medio aturdido, y al hacer la pausa para ayudar a su madre se había dado cuenta ...
    ... de que tenía la boca seca. Se acercó hasta donde se encontraba su madre con la intención de beber un poco de agua, pero mientras lo hacía su vista se clavó en el pandero de su madre justo debajo de él.
    
    —Mamá, que pedazo culo tienes—dijo entonces Martín al tiempo que se agachaba hasta ponerse de cuclillas al lado de su madre. Esta paró un momento de colocar los productos de limpieza y giró su cabeza para ver como su hijo la miraba de cuclillas con las piernas abiertas y una incipiente erección. Sonrío cuando este alargó la mano y comenzó a acariciarle las nalgas.
    
    —Me estoy empalmando, mamá.
    
    —Ya te veo, cariño.
    
    —Cuando acabes de colocar las cosas, ¿te puedo encular?
    
    —Claro que sí, mi vida. Pero déjame acabar con esto primero. Tú sigue jugando a la consola si quieres y ya voy yo después con el lubricante.
    
    —Vale.—contestó Martín ya con una completa erección entre sus piernas.
    
    El chico volvió a sentarse en el sofá y agarró de nuevo el mando de juego. Pronto volvió a meterse de lleno en la acción y la tensión de los disparos hizo que se olvidase por completo del culo de su madre. Una partida tras otra Martín estaba cada vez más acalorado y sudoroso, casi como si la batalla que estaba teniendo lugar en el televisor fuese una realidad. De pronto la madre de Martín apareció por la puerta del salón. Completamente desnuda, sus grandes pechos se movían a cada paso al igual que sus nalgas carnosas y apetecibles. Se había recogido el pelo en una coleta ya que sabía lo ...
«1...345...»