Historia del chip 021 - Un jefe, dos ojos - Kim 009
Fecha: 18/08/2017,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... acercando la cabeza. Con la venda puesta todo era más difícil. Un beso significaba muchas cosas. Gracias por usar mi cuerpo, gracias por tocarme y también una petición formal de ser explícitamente llevada al máximo de excitación posible... pero no debía confundirse con un requerimiento, sino con una propuesta. Si me consideras digna y tienes ganas de excitarme...
En muy pocas ocasiones tenía Kim la opción de acercarse al cuerpo desnudo de Mary, aparte de su zona púbica. Hoy iba a ser una de ellas. Cuando era así, debía mantener la venda en sus ojos y con delicadeza agarrarse los codos por detrás. Evitar tocar con las manos a su ama era importante. Las reglas del juego se iban perfeccionando a medida que crecía su experiencia. Uno de los cometidos de Kim era cumplir con las reglas, -con cualquier regla-, de forma impecable.
En unos pocos minutos ya sudaba. Su cuerpo no era capaz de resistir el manejo hábil de su hermana. Los pechos de ambas fusionados. Sin darle tiempo a respirar, le dijo: “Dúchate y luego seguimos. Puedes volver sin la venda.” Kim tardó no más de tres minutos. Húmeda todavía por fuera. Aplacada por el agua fría en la piel y entre las piernas.
No se esperaba el atuendo de Mary. Ya se había acostumbrado a todo tipo de maquiavélicas texturas diseñadas, en su opinión, para irritarla o enardecerla. El vestido, -si es que se podía llamar así-, era de seda roja. De lejos Kim ya identificó el tejido. Imaginó cómo actuaría el instrumento en cuestión. Tenía ...
... experiencias similares. En cuanto lo tocó supo que no sería fácil.
El sistema diseñado para destruir a Kim consistía en una estructura de seda entremezclada con ribetes metálicos, finos, estimulantes y con la presión adecuada cortantes, pero sólo hacia fuera. Con cuidado trató de introducir un dedo en una minúscula rendija que había en el interior del muslo izquierdo de Mary. Mientras llegaba a sentir que acariciaba la suave piel escondida entre las hebras y la seda, no dejó de notar la presión en las yemas. No llegaba a cortar, pero ... Mary se lo explicó.
No te cortará, no están lo suficientemente afilados. Espero que te gusten.
Mary y uno de sus amigos acababan de tener una sesión completa. Cuando estrenaba traje nuevo, Mary deseaba que Kim se mantuviera excitada toda la noche. Dispuesta, sensual y con sólo esporádicas paradas para quitarse el sudor y la humedad entre las piernas. ¿Qué hora sería? Echó un vistazo disimulado. Eran sólo las dos. ¿Es que los chicos de hoy en día no podían aguantar un poco más?
—No te preocupes. Yo también me excitaré. Hace tiempo que me pides que participe en tus fiestas. Se me olvidaba: por una vez, no estarás completamente desnuda— recalcó Mary como si Kim no lo recordase a cada instante.
—Trae los pies hacia aquí. Te los pondré yo.
Kim obedeció sin rechistar, nunca se hubiera planteado no hacerlo. Parecían unos mocasines rojos, del mismo color quizás que el traje de Mary, puede que algo más apagados, con un tono marrón. La ...