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Malena 7: Nuevos Comienzos 4
Fecha: 20/03/2019, Categorías: Gays Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos
... el baño. Necesitaba asearse, hacía tres días que no se bañaba como dios manda, sólo lavadas y fregadas por partes. Él entro sin anunciarse al cuarto de baño y la encontró bajo la ducha, ella se turbó, pero él no le hizo caso. Le entregó un vaso de vodka con jugo de naranja del cual ella tomó unos sorbos antes de devolvérselo. Inconscientemente había mantenido una mano cubriendo sus senos. Luego, de lo más orondo, se sentó en la pequeña banqueta del tocador y se puso a observarla sonriente mientras bebía de su copa de brandy. Malena, trató de desentenderse de su presencia pero no pudo. Cuando ella salió, él se desnudó y pasándole por un lado, se metió bajo la ducha. Estaba excitado y no podía dejar de mirarlo de reojo. Dejó de secarse y se decidió a admirarlo abiertamente, mientras acababa su bebida. Salió de la ducha y se le acercó. Se lo puso entre sus manos. Ella lo revisó. Era grande, pesado y negro. Ya lo conocía, pero ahora no le temía… tanto, sabía que podía recibirlo sin quedar separada en dos partes. La mesa era de la altura precisa para hacer cositas sobre ella. Ya lo habían comprobado. Ella se acostó de espaldas sobre ella y puso sus talones sobre su borde. Abrió las piernas y le sonrió. El negrazo, con su amplia boca de labios sensuales y gruesos, atrapó toda su fruta y casi se la tragó. La abarcaba desde el ano hasta el clítoris. Comenzó a hacerle cosas que nadie le había hecho y comenzó a sentir que una gran aspiradora engullidora ...
... de cucas, le estaba sacando sus entrañas por sus agujeros inferiores. La lengua y los labios no le daban tregua a su placer, chupaban, engullían, se metía hasta bien adentro y allí, se movía como si fuera una lombriz de tierra escarbando para esconderse. La había puesto a requebrar la cadera incontrolablemente con sus manejos babosos. Su boca y lengua, ora, tragaban su gata, y la perforaban, ora, tragaban su ano y se metían en él. Sus susurros y contorsiones premonitorios de un buen orgasmo, avivaban la chispa del negrazo, quien, al no prevenirlo, se atragantó con él… menos mal que salió seco… sin meados, pensó Malena en medio de su éxtasis. Le había apretado la cabeza con sus muslos y se aferró a sus brazos para que la muerte no se la llevara adónde habitan los orgasmos usados. Acto seguido se irguió y se la quedó mirando sonriente. Ella abrió los ojos para darle las gracias con una sonrisa. Se pasó los dedos por la raja, se sintió dispuesta y le anunció que estaba lista. El lanzazo la desesperó. Fue doloroso e incandescente, crucial y espontáneamente cruel. Sólo abrió los ojos para que las lágrimas salieran. Se notaba adolorida. Él sacó la mitad. Ella respiró. -¡coño! Chilló ¡cuidado! Él sonrió. Sabía lo que ahora venía: -¡perdón! no pasaré de aquí. Dijo para indicar que lo que tenía adentro era la medida de la que no pasaría. Era casi la mitad. El movimiento comenzó desde afuera para afuera y sólo un poco hacia adentro. Lentamente al ...