1. Malena 7: Nuevos Comienzos 4


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Gays Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos

    ... principio. Él la miraba retorcerse con su medio plátano en su interior. Ella cerró los ojos para no mirarlo.
    
    Él seguía en su lento movimiento, aferrado a sus exuberantes muslos abiertos. Ella lo atenazaba por la espalda con sus piernas cruzadas en forma de tijera y mediante la fuerza que hacía con ellas intentaba prensarlo hacia ella.
    
    De vez en cuando levantaba la cabeza y observaba lo que estaba haciéndole para verificar la cantidad de material que le entraba y salía.
    
    -¡Ah, gringo coño e’ madre! Se decía ella y volvía a apoyar la cabeza sobre la mesa, mientras aplicaba mayor fuerza al agarre de sus piernas.
    
    El seguía frotando con lentitud. El orgasmo de la mujer estaba a punto. Él lo sabía. La miraba escrutador:
    
    -¡ya vas a saber lo que hacen los negros mujer! Se dijo.
    
    Ella reventó en un desquiciante orgasmo y pedía más… con sus caderas y el aferramiento de sus piernas, pedía más penetración.
    
    Recordaba al negro de la película y pedía más penetración, el placer la hacía desvariar. Unas veces era ella y otras veces se sentía la catira de la película. Ese era su trauma: -¡mátame!
    
    --no quiero hacerte daño, le dijo él. Ella mugió una grosería.
    
    Él y aumentó el frenesí del movimiento, más no el de la entrada de la cantidad de pene. Ella gritó que se lo metiera más… mientras soltaba otra vez su espuma…
    
    -no. No quiero dañar… dijo él.
    
    -¡dáñame! Coño, pero mételo…
    
    No la obedeció. De la mitad no pasó y casi en la puerta le echó un chorro de leche ...
    ... cuyos borbotones sintió ella bajándole por las nalgas.
    
    Los espasmos vaginales producto de su nuevo orgasmo expulsaban el semen.
    
    Ella cerró los ojos. Se calmó un poco. Se sentía débil. Temblaba y respiraba acezante,
    
    El gringo tuvo que desaferrarle las piernas de su cintura.
    
    La besó suavemente: -¿tienes hambre?
    
    -no, pero me siento débil.
    
    Él le trajo jugo de naranja y un pedazo de pastel: -parece que te hubiera bajado la tensión.
    
    Ella no contestó y comió temblorosa.
    
    Cargándola la trasladó a la cama dónde estaría más cómoda.
    
    Se recostó sobre las almohadas y se quedó dormida.
    
    Cuando despertó, a través de las cortinas se veía que aún era de noche.
    
    Él, enfundado en su bata, sentado al escritorio, fumaba su tabaco, bebía brandy y estudiaba el contrato.
    
    Se quedó un rato estudiándolo a él. Ya se sentía perfectamente.
    
    El movimiento sobre la cama le llamó la atención, levantó la vista para mirarla y se puso de pies para ir hacia allá.
    
    Ella se estiró sensualmente. Estaba cubierta por una sábana pero desnuda debajo de ella:
    
    -estoy bien, sólo fue producto de los excesos, dijo sonriente.
    
    Él se sentó a su lado: -¿seguro?
    
    -sí…sí, no te preocupes, todo okey… ¿Cuánto dormí?
    
    -como tres horas, dijo él chequeando su reloj.
    
    -estaba cansada… quiero un trago…
    
    -nada de tragos… jugo, y pedí unos pasteles rellenos… no es conveniente comida pesada.
    
    Se levantó y trajo lo que le había ofrecido.
    
    Ella comió y a medida que lo hacía se dio cuenta de ...
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