Cindy
Fecha: 20/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Valmont2018, Fuente: SexoSinTabues
Cindy (Por Francisco) Estacioné mi auto conciente de que me encontraba muy nervioso, mi corazón latía fuerte y las manos me sudaban. Antes de bajar tuve el impulso de abandonar todo y largarme de ahí. El lugar era un conjunto habitacional grande con muchos edificios de 10 a 14 pisos y áreas verdes. Yo estaba en el estacionamiento para visitas del edificio H-23 y miraba a lo alto. El lugar al que debía acudir era el departamento 1024 en el décimo piso. “Bueno, ya estoy aquí, pues a ver qué pasa” pensé mientras bajaba del auto y me encaminaba a la entrada en busca del elevador. Recordaba las palabras de mi amigo, en realidad un conocido con el que me había relacionado. No viene a cuento narrar cómo fue que entramos en contacto pero ya habíamos convivido varias veces y platicado de ciertos gustos particulares y dos días atrás me había dicho “si de veras quieres tener una experiencia inolvidable ve a esta dirección” la misma ante la que ahora estaba. Me explicó que tocara en el número acordado y que una señora me abriría la puerta y sólo preguntara “¿Está Cindy?” Ella, me explicó mi amigo me preguntaría “¿De parte de quién?” y yo debería decirle “de nuestro amigo Ramón”. La mujer me miró de arriba abajo y lacónica dijo “entre”. Debo decir que soy un hombre mayor que ya llegó a los 60 años pero me conservo bastante bien, firme, fuerte y sano y sexualmente activo y capaz de buenas proezas con ayuda de la maravilla azul. Pasé a una sala sin ninguna personalidad de muebles de ...
... mediana calidad algo usados aunque todo estaba limpio y con cierto orden pero no dejó de disgustarme que hubiera demasiado plástico. “Ahora viene, siéntese un momento” dijo la mujer y se sentó frente a mi en otro mueble sin decir más, lo que aumentó mi aprehensión. Antes de que el silencio se hiciera demasiado pesado la puerta del departamento se abrió y entró una hermosa niña de unos nueve años, blanca, de pelo casi rubio, grandes ojos cafés, pelo a la altura de los hombros que vestía un pantalón de mezclilla, sandalias y una camiseta de tirantes que dejaba ver parte de su blanco vientre. No era muy alta pero en conjunto era una preciosidad acentuada por un cierto aire de inocencia y picardía. Aunque le eché una rápida mirada sin querer ser muy obvio alcancé a advertir que sus caderas se marcaban quizá por la estrechez de su cintura y sus piernas estaban bien dibujadas sobre todo en la parte de los muslos que apretaban el pantalón. Ella traía una bolsa de plástico en la mano derecha con algunas compras que le habían mandado a hacer y con voz suave, infantil sólo dijo dirigiéndose a la mujer “aquí está todo lo que me pediste” y ella sin responder a eso sólo dijo, “anda, saluda al señor que te vino a ver”. Cindy, sin turbarse sólo me dijo “hola” mientras agitaba su manita con aire infantil y sin acercarse a mi pero dirigiéndome una mirada más curiosidad que otra cosa dejó la bolsa en una mesita de la sala y se dirigió a un pasillo y desapareció. La seguí con la mirada y comprobé que ...