1. mi feminizacion


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Transexuales Autor: karlaguadalupe, Fuente: xHamster

    ... los pocos minutos, yo también me entregué a la modorra y en poco tiempo más dormía plácidamente. No sé cuánto tiempo pasó. Sólo sé que, al abrir los ojos me costó mucho reconocer mi entorno en la oscuridad reinante.Mientras descansábamos la tarde había avanzado, ya era casi de noche y la penumbra reinante se había tornado en oscuridad casi total. No obstante, al rato mis ojos se acostumbraron a la oscuridad y así empecé a distinguir algunas formas alrededor mío. Alcancé a distinguir en el suelo, al lado de la cama, apenas iluminadas por una débil luz de noche, la robe de chambre de él y encima mi vestido y mi bombacha. Mi macho aún se encontraba tendido en la misma posición en que quedó al caer rendido, tendido boca arriba sobre la cama, totalmente desnudo. Aproveché la circunstancia para recorrer morosamente su cuerpo con mi mirada, deteniéndome en la contemplación de aquellas partes que me resultaban más hermosas, aquéllas cuya sola visión me provocaba un deleite incomparable. Entre esas partes, naturalmente, sobresalía muy por encima de las demás una: su pija. ¡Dios, cómo me gustaba su pija! Y allí la tenía. En la posición en que habíamos quedado al caer dormidos, la tenía muy cerca de mi rostro, así que la podía contemplar largamente a mis anchas. En el estado de flaccidez en que se encontraba, su prepucio había vuelto a su posición de reposo, cubriendo totalmente su cabeza, dejando ver a través de la pequeña abertura de su extremo apenas la pequeña rayita vertical ...
    ... por donde expulsaba sus líquidos.De la base de la pija colgaba una sensual bolsa que dejaba traslucir la forma de dos hermosos testículos. ¡Qué visión celestial, qué espectáculo divino! Para aumentar el placer que me proporcionaba el espectáculo que tenía ante mi vista, a la distancia en que se encontraba mi rostro podía también olfatear su olor: ese olor acre ya tan conocido por mí, resultado del semen ya algo fermentado, que yo había bautizado con el nombre de “olor a pija amanecida” ya que era a la mañana, poco antes del “mañanero”, cuando el semen fermentado durante toda la noche despedía un olor muy fuerte. Al rato de estar contemplándola, no pude resistir más la tentación y acerqué mi rostro a ella. ¡Dios, qué hermosura! ¡Ahí la tenía, al alcance de mis labios! Me decidí a gozar y, de paso, provocarle a mi macho un dulce despertar. Comencé por besar sus bolas: nada, ninguna reacción de mi macho, que seguía plácidamente dormido. Después, empecé a lengüetear su tronco, sin obtener tampoco ninguna reacción visible. Fue recién cuando metí su extremo en mi boca e introduje la punta de mi lengua en el orificio que se formaba en el extremo del prepucio hasta tocar el extremo de la cabeza, que percibí un ligero estremecimiento de su cuerpo, mientras percibí que la poronga empezaba a aumentar de tamaño dentro de mi boca. Sin dejar de acariciar suavemente sus bolas con mi mano libre, seguí chupándola, pasándole la lengua dentro de mi boca por sus puntos más sensibles. En pocos ...
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