Por amor - Relatos Eróticos

Por amor

Conocí a Claudia en una noche loca donde fui yo el que se llevó el premio ya que antes que yo la vi tonteando con varios nunca sabré si yo la elegí a ella o ella me eligió a mí. 

Sin duda no debió ser la mejor noche de mi vida sexualmente hablando ya que ambos íbamos bastante bebidos y acabamos en una fiesta en casa de unos amigos de ella , ya ahí me di cuenta de que ella no era una mojigata y poco más que era un putón verbenero pero a mí aquella noche no me importó lo más mínimo. 

Ella era mayor que yo yo estaba en los 22 y ella en los 27 no cabía duda que le gustaba el sexo y no tenía ningún problema en demostrarlo era una fiera en la cama. 

Medía un metro 75 y era bastante voluminosa sin ser gorda bueno los pechos buen culazo todo proporcionalmente piernas etc, de cara atractiva unos buenos labios gruesos que cuando chupaba ponía una auténtica cara de vicio no miento me enamoré enseguida pero ella enseguida me hizo entender que no creía en las parejas convencionales y mucho menos si no había una libertad en la pareja..

Así que ella lo que quería era una relación abierta y yo con la edad que tenía era follar lo máximo posible. 

No tenía mucho vello corporal pero enseguida me hizo depilarme totalmente no solo genitales sino axilas y mi ano por lo que ella decía mucho más limpio todo y que yo sentiría más justo también. 

Nuestras prácticas sexuales digamos que eran intensas y fui aprendiendo a darle placer y a recibirlo algo que no me podían imaginar era ...

... comer un culo pero viendo lo que ella disfrutaba y yo también se convirtió en una práctica entre ambos lo llamado beso negro. 

Me acostumbré a ir de fiesta con ella y terminar viendo como otro me la calentaba en muchos de los casos todo aquello lo hacía para ver si me ponía celoso en alguna ocasión también la vi follar mientras yo me lo contaba con otra así que en ese sentido yo tampoco es que perdiese. 

Me propuso compartir piso así que para mí no estaba nada mal ya que lo hacía con compañeros de universidad y tampoco me hacía mucha gracia llevarla allí ya que no había ningún tipo de intimidad. 

La cosa no es que estuviese demasiado bien para conseguir algo asequible así que ella consiguió que compartiremos una vivienda más amplia con un hombre que vivía solo el alquiler no era excesivo ya que él pedía que hiciésemos labores de casa limpiezas y incluso comidas. 

La casa estaba muy bien salón una habitación baño cocina en la parte de abajo y dos habitaciones amplias con baño en la parte de arriba que era la que usaríamos nosotros. 

El tipo parecía agradable un cincuentón separado con buena planta simpático con una sonrisa agradable. 

Tal y como era Claudia no se cortaba demasiado en casa tanto en el sexo como en su vestimenta comentándole yo que iba a poner cachondo al tipo, ella añadiendo que si me iba a importar mucho, por supuesto hay como siempre me tenía que callar. 

Al mes y medio más o menos Claudia andaba casi despelotada por casa pero nuestro casero ...