Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (6)
Fecha: 21/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... y besando para ascender después por el muslo, por arriba, por el lado exterior y por dentro, sitio que sensibilizaba muy especialmente al señor Z, cuyos gemidos y jadeos se acentuaban y por momentos se convertían en gruñidos.
El chico lamía con los ojos cerrados que cada tanto abría para mirar hambriento la verga siempre enhiesta que parecía esperarlo para derramarse en su boca.
Por fin llegó a destino, con la piel erizada y temblando de ganas.
-Sos un buen perrito, nene… -dijo el señor Z entre jadeos. –Te merecés un premio.
Alex agradeció el cumplido y obedeció prestamente cuando el hombre le ordenó abrir la boca. Estaba arrodillado entre las piernas del individuo, que lo hizo inclinar. Retrocedió un poco deslizándose sobre sus rodillas y luego dobló el torso hasta quedar con la cara casi pegada a la verga y la boca abierta, respirando agitadamente.
-Tragala. –fue la orden siguiente. El chico tenía una boca redonda y pequeña y debió hacer ingentes esfuerzos para engullir ese ariete. Había conseguido meterse apenas el glande cuando el señor Z, impaciente, lo sujetó por el pelo y le aplastó la cabeza en un gesto brutal. La verga le entró entonces hasta la garganta sometiéndolo durante algunos segundos al suplicio de la asfixia, porque el hombre le mantenía tapadas las fosas nasales oprimiéndolas con los dedos pulgar e índice hasta que los violentos corcovos del jovencito y el enrojecimiento de su rostro le indicaron que debía liberarlo. Lo hizo en medio de una ...
... risita sádica que derivó en una orden:
-Vamos, putito, empezá a chupar. –y el chico se aplicó a la tarea sorbiendo ansiosamente esa verga que le llenaba la boca y le deparaba un goce indescriptible, ya sin objeción alguna de su conciencia.
“Soy esto…” –pensó en algún momento mientras escuchaba complacido y orgulloso los suspiros y jadeos del señor Z. La definitiva certeza sobre su esencia lo excitó más aún y redobló los afanes de su boca, de sus labios y hasta de sus dientes sobre esa verga que no tardó en echar tres chorros de semen que inundaron la cavidad tan caliente como acogedora. Alex se echó un poco hacia atrás y envolvió en una mirada vidriosa a ese hombre de piel blancuzca, pecho velludo y abultado abdomen que yacía de espaldas, jadeante y con los ojos cerrados. No supo qué hacer, porque ya estaba acostumbrado a actuar según las órdenes que recibía y entonces decidió permanecer de rodillas a la espera de lo que iba a decidir el señor Z mientras procuraba controlar la excitación que hacía de su cuerpo una brasa. La ausencia de cuestionamientos y de culpa liberaba toda su libido, todo ese deseo sexual tan intenso como especial y que al no encontrar obstáculos aparecía como no otra cosa que si mismo y habitaba en cada una de sus células.
-Tragá toda mi leche y echate en el piso al lado de la cama, mocoso, que voy a dormitar un poco y después te la hago tragar por el culo. –dijo por fin el hombre.
-Sí, señor… -aceptó el chico, que luego de tragar hasta la ...