Asaltado y violado en un callejon - Relatos Eróticos

Asaltado y violado en un callejon

... su mano se desliza entre mis piernas para acariciarme el culo.
El pistolero sigue devorándome el miembro con avidez, su boca y lengua trabajando en armonía para provocarme sensaciones intensas. Mientras chupa, su mano libre encuentra mi entrada anal, introduciéndome un dedo con facilidad en el calor y la humedad de mi interior.
Empuja lentamente su dedo, sintiendo cómo se ajusta y se estira. Agrega otro dedo, moviéndolos en círculos y estimulando ese punto sensible dentro de mi. Mi cuerpo comienza a temblar ante la doble invasión, pero él solo aumenta la velocidad y la profundidad de sus acciones.
El pistolero extrae su boca de mi miembro, dejándolo resbaladizo y goteando. Con un gemido de satisfacción, se endereza y se desabrocha la camisa.
Te voy a enseñar lo que pasa cuando intentas resistirnos, gruñe, quitándose la pistola del cinto y colocándola en el bolsillo de su pantalón. Desabotona su pantalón y baja sus bóxer, liberando su verga bien gruesa y rígida.
Se acerca, frotando su miembro contra mi. Vamos a ver cuánto puedes aguantar antes de quebrarte,
El pistolero me mira con una expresión cruel y lasciva, ignorando tus súplicas. Me gira obligándome a ponerme en cuatro mientras agarra mi cabello con una mano, tirándome la cabeza hacia atrás. Con la otra mano, se aprieta y masajea el miembro, obligándote a sentir cada centímetro de su longitud apoyado en mi raya del culo.
Lo siento, amigo, pero ya hemos llegado demasiado lejos para detenernos ahora, susurra, ...

... acercando su erección a mi entrada. Sin previo aviso, me empala la verga entera en mi culo, penetrándome profundamente.
Grito pero nadie puede oírme!!! mi culo esta siendo destrozado sin poder evitarlo
Inmediatamente, comienza a moverse, embistiendo contra mi con fuerza y rapidez. Redobla su ritmo, golpeando mi culo con un impulso brutal y constante. Sus caderas chocan contra las mías con un sonido húmedo y obsceno, marcando cada penetración profunda.
Ahh, sí, así me gusta, grita de placer, su rostro contorsionándose en una mueca de éxtasis. Siento cómo su miembro se endurece aún más dentro mio, respondiendo a su frenética actividad.
Con una mano, me agarra el pene y comienza a masturbarme en sincronización con sus embestidas, generando un intenso placer dual.
Mientras el pistolero viola mi culo, el otro delincuente pone su pija delante de mi cara, su miembro erecto y goteando saliva pendiendo justo delante de tu rostro. Abre la boca, putito, ordena con una risa áspera. Asumirás tu parte en esto.
Forzadamente, abro la boca, y él presiona su pene contra mis labios. empuja su cadera y la cabeza de su verga comienza a meterse poco a poco en mi boca, saboreando la humedad y la succión natural que provienen de mi boca forzada.
Mientras tanto, el pistolero continúa violándome sin piedad, sus caderas golpeando contra las mías con un ritmo salvaje y desenfrenado.
Luego aumenta la velocidad de sus embestidas, su miembro entrando y saliendo de mi dilatado ano con un sonoro chapoteo. ...