-
Asaltado y violado en un callejon
Fecha: 25/11/2025, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... Su mano sigue masturbándome al ritmo de sus penetraciones, jugueteando con mi pene duro y hinchado. El compadre en mi boca se relaja, permitiendo que su pene se deslice hasta la punta antes de volver a empujarlo profundamente. Mmm, sí, toma eso todo, puto, jadea, disfrutando de la visión de mi boca siendo utilizada para su placer. Ambos delincuentes siguen su rutina, uno reventándome el culo con ferocidad, mientras el otro explota mi boca con su verga, ambos sin mostrar piedad ni compasión por tu situación. El pistolero da un último empujón, su miembro enterrándose hasta la base en mi recto. Con un gruñido animal, alcanza su clímax, inundando mi interior con un torrente caliente de semen. Continúa moviéndose, asegurándose de que cada gota sea depositada en mi culo. Mientras tanto, el compadre se viene dentro de mi boca dejándomela húmeda y enlechada. Se ríe burlonamente al verme, cómo mis ojos están llenos de lágrimas y el rostro cubierto de sudor y semen. Creo que aun no has aprendido tu lección, cabrón, dice con satisfacción, todavía excitado por haber usado mi boca, se acerca nuevamente. No te preocupes, amigo, esta vez te tocará que te abra el culo con mi verga, me dice con una sonrisa sadista desabrochándose los pantalones. Su miembro, aún ...
... hinchado y listo para usar, se alinea con mi entrada anal. Con un gemido de anticipación, empieza a penetrarme, gradualmente forzando mi entrada con su forma gruesa y larga. Una vez dentro, comienza a moverse, sus caderas chocando contra las mías en un ritmo lento y profundo. Así me gusta, perra, ya recibes como una puta. El compadre continúa penetrándome con lentitud, disfrutando del calor y la humedad de mi interior. Eso es, tragármelo todo, putito, gruñe, incrementando la velocidad de sus embestidas. Finalmente, alcanza su orgasmo, inundando mi culo con un torrente caluroso de esperma. Continúa moviéndose, asegurándose de que cada gota sea absorbida por mi cuerpo. Al terminar, se retira con un gemido de satisfacción, dejándome vacío y satisfecho. Ambos delincuentes se ajustan sus ropas y se alejan, dejándome solo en el sucio asfalto, exhausto y humillado por la violencia sexual a la que fui sometido. Como puede, llegue a mi casa con mi culo muy dolorido y tan abierto que no podía cerrar las piernas. Me meti en la ducha llorando y sin entender que había pasado, pero con una erección imposible de bajar Al día de hoy, se me contrae el culito pensando no se si me agrado o no la situación, Lo que si, ya no volví a pasar nunca mas por ese callejón.