Los vecinos - Relatos Eróticos

Los vecinos

... joven era buen chaval y qué que si en algún momento la necesitaba la discreción sería mutua. 

Aquellas palabras y mi calentón no iban de la mano pero decidí irme. 

No comenté nada con Rebeca no me atrevía a poner a Margarita como una viejecita cachonda. 

Rebeca solía ir a su casa porque tenía una máquina de coser y solían practicar y yo sinceramente no me imaginaba que Margarita pudiese hacer algún comentario sobre aquella situación embarazosa. 

Como siempre entre ambas casas había un trajín de platos cazuelas y fui a llevar lo que el día anterior trajo. 

Esta estaba vestida como para salir un vestido elegante medias y zapato con tacón mediano una blusa blanca con sujetador del mismo color y una chaqueta. 

Perdona Margarita te traía lo que estaba en casa, me mandó pasar yo por evitar situaciones incómodas le dije que parecía que iba a salir y esto me dijo que siempre tenía tiempo para mí. 

Se marchó hacia la cocina pudiendo ver yo aquellas preciosas nalgas moverse aquel culo de buen tamaño unido a aquellos pechos de talla 100 eran un caramelo para un joven de 30 como yo. 

Tardó como cuatro o cinco minutos en regresar y me dijo si me apetecía tomar un café decliné la invitación venga nos sentamos y charlamos un momento. 

Cerró la puerta tras de mí y volvió a ir a la cocina para mostrarme otra vez su trasero llamándome desde allí para que fuese esta se había quitado la chaqueta y creo que incluso sabía desaprovechado algún botón de su blusa o era mi ...

... percepción. 

Saco el café echó azúcar y cuando me lo entregó en mi mano sentí el roce de la suya. 

Tomamos el café uno frente al otro mientras ella no quitaba sus ojos de mí y yo bajaba la cabeza. 

Margarita entonces se fue hacia el salón yo terminé el café y hice lo propio ella tenía su blusa desabrochada mostrando aquel sujetador de encaje y parte de su rollizo cuerpo. 

No te parece tentador mi cuerpo me comentó, yo sentía como mi slip oprimía mi polla mientras que esta abrió sus piernas y por el efecto su falda subió prácticamente entera pudiendo ver aquella braguita a juego con su sujetador como aparecía tragué saliva mientras ella se deshacía de la blusa. 

Esta me preguntó directamente de verdad me vas a dejar así crees que podemos estar siempre evitando lo que ambos deseamos. 

Seguía inmóvil en el momento en que ella se levantó y dejó caer su falda al suelo en bragas sujetador y con aquellas medias con liga era un espectáculo tragué saliva me acerqué hacia ella y sentí el cálido sabor de su boca besándonos durante un buen rato mientras mis manos acariciaban aquellas nalgas y metían los dedos entre la braguita. 

No es el tiempo que pasamos besándonos hasta que mis manos se apoderaron de su pecho y ella empezó a jadear nos fuimos hacia la habitación y tras ella viendo contornear aquellas nalgas que todavía me pusieron más cachondo. 

Me hizo sentarme sobre un pequeño sofá para qué me deleitase comenzó a tocarse por encima de la braguita acariciarse ...