Noveno mandamiento
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos
... cielo. Pensaba mientras buscaba con que limpiarle el rostro. Luego limpie su cola que estaba batida de fluidos y la vestí. Por así decirlo. La coloque en su posición original y salí rezando porque la dosis no fuera letal. Luego mi amigo me dijo, que solo bromeaba. Podía hacer dormir por horas pero no mataba a nadie. El sábado que llegue a casa. Adriana están en la cocina. Me miró y me saludo normal.. Papá metido en su periódico. —¿Cómo les va? —Hola hijo, ¿muy bien y a ti?
—Pesados los exámenes pero ahí echándole ganas.
Adriana sin embargo, estuvo muy callada. Apenas y me dirigía la palabra. Pero me seguía con la mirada todo el día. Esa noche a diferencia de las otras. Subió a dormir junto a papá. Así que me fui directamente a la cama. Triste y preocupado. El domingo salí a comer con Carlos y lo primero que me dijo fue:
—Te vi. —¿me viste? ¿Dónde? —El jueves llegaste a tu casa como a las doce. —Estas loco, estaba en la escuela. —A mí no me haces pendejo, mochilas o rajo. —¿RAJAS? ¿De qué hablas? —Ya te la cogiste, tu jefe se va los jueves. Yo también quiero. No seas culero! —No mames, no sé de qué hablas. —Hablo de esto. Sacó su teléfono y me enseñó unas veinte fotos donde me veía clarito en la sala con las piernas de Adriana en los hombros. —Hijo de la chingda! —Móchese culero o rajo con su jefe. Ya dije. —Pero esta semana no trabaja de noche papá. —La otra, no hay pedo.
Que chingados estoy haciendo. Ya me la coge mi papá y ahora tengo que soportar que este ...
... pendejo también, y no solo eso. Yo tengo que ponérsela en charola de plata.
Pasó una larga semana, vine a casa para levantar sospechas y me porté bien. Ni siquiera intente acercarme a ella. Y parece que ella se había relajado. Fuimos a comer y vimos películas. Adriana ya dormía en la sala, como de costumbre. Pasaron los días y Carlos no dejaba de mensajera. “El jueves he“ “no te vayas rajar puto“. Todos los días al menos diez mensajes. Y por fin llegue el jueves y Carlos ya me esperaba en el patio trasero de mi casa. —Ya se durmió desde hace rato. —Cayate o se va a despertar. Espérame aquí, yo te aviso cuando entres. —Va va, si, chingon. A huevo!
—Entre sigiloso como siempre. Coloque el pañuelo y unos diez minutos después salí por Carlos. Con un dedo en la boca le indique que no hiciera ruido y que entrara. En cuanto la vio, le comenzó a meter mano. Traía unos shorts de pijama y una camiseta. Que Carlos casi arranco al instante. —cálmate no mames! —¿Calmarme?estas pendejo, llevo años haciéndome unas chaquetotas imaginando este culo.
Se bajó el pantalón y le metió la verga hasta el fondo de manera desesperada. Mientras yo solo miraba. —¿no despierta verdad? —No, pero no seas brusco. —Mira que pinche culote, no mames! Está bien pinche buena la cabrona. Órale vas!
Se quitó y me cedió el lugar. Claro, no estaba ahí para verlo coger. Así que me Comode y metí mi verga en ella. Mientras Carlos metía su pito en su boca como si fuera cepillo dental. —Despacio ojete. —Mira me la ...