1. En el autobús


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acercarme me agarró del brazo y me subió con él al autobús. He de decir que no puse mucha resistencia por mi parte. Esta vez estaba casi vacío y nos pusimos detrás del todo, lejos de la vista de las pocas personas que había. Nos sentamos y empezamos a besarnos y a tocarnos. Estábamos muy calientes y el morbo de la situación también hacía sus efectos. Metí la mano en su pantalón para comprobar que estaba depilado. Sabe lo mucho que me gusta eso, y llevaba diciéndomelo hacía unos días. Él no hacía falta que lo comprobara, lo daba por echo. Aun así no paraba de intentar meterme la mano en los pantalones sin que yo le dejara, porque esta vez tenía una pequeña sorpresa, me había dejado una pequeña tira de vello, y sabía que si la entraba sería imposible hacer que la sacara. Aparte de comprobar que estaba depilado también comprobé lo dura que la tenía. Estaba deseando sentirla. Me imaginé sentándome encima suya en el autobús, con la falda del día anterior, y clavándomela hasta el fondo. Con los saltos del autobús apenas se notaría y eso debía de ser muy excitante. Solo de pensarlo me puse más caliente. La imagen no se iba de mi cabeza. Me veía botando sobre él sin parar. Empezamos a calmarnos un poco cuando empezó a subir más gente al autobús y se sentaron al fondo. Ya solo estábamos apoyados el uno en el otro y él jugueteando con mis manos entre las suyas. Me miraba con cariño y con deseo.
    
    El viaje en autobús se nos hizo muy corto y cuando nos dimos cuenta estábamos en su ...
    ... parada. Nos bajamos de él y caminamos por su barriada. Llegamos a su casa agarrados de la cintura, intentando guardar la compostura. Abrió el portal y en el ascensor volvimos a besarnos hasta llegar a su planta. Tardó un poco en abrir la puerta de su casa, notaba que estaba nervioso. Entramos, no había nadie, sus compañeros no estaban. Cerró la puerta por dentro y nos fuimos directamente a su cuarto. Nos encerramos allí, pusimos música “slow” y me tiró en la cama poniéndose encima. Sus besos se volvieron más salvajes y a veces jugaba conmigo haciéndose desear. Poco a poco me fue quitando la ropa a la vez que se quitaba la suya. Conforme me iba quitando prendas me iba besando por todo el cuerpo. Al fin pude agarrar su polla con mi mano y empecé a recorrerla. Me incorporé para poder lamerla y él acabó tumbado en la cama mientras yo le sacaba brillo a su miembro. Cuando ya estuvo lo bastante reluciente me incorporé para besarle en los labios. Me pierden esos labios tan gruesos succionando los míos para acabar mordiéndolos. Ansioso por volver a tener el control de la situación me agarró por las muñecas y me tiró junto a él. Se subió sobre mí y empezó a lamerme los pechos mientras que con la otra mano recorría la tira de vello púbico que me había dejado. Las lamidas empezaron a ser succiones y pequeños mordiscos propinados a mis pezones, que me hacían soltar sonoros gemidos, mientras que su dedo gordo se introducía en mí ya inundado coño. Si me gustaban sus labios, más me gustaban sus ...