En el autobús
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tono. Con un tirón del pelo consiguió que me corriera un par de veces seguidas. Estaba llegando al segundo orgasmo de la tarde cuando la sacó para correrse fuera, echándome todo el semen sobre mi culo. Pero yo estaba apunto y sabía que no podía dejarme así. Rápidamente se la limpió con su camiseta, que aún llevaba yo puesta, y volvió a penetrarme antes de que se le bajara la erección. Segundos después me retorcía de placer con cada una de las palmadas que daba en los cachetes de mi culo, haciendo que me corriera hasta caer sobre la cama. Él cayó detrás sobre mí, aún con su polla insertada en mí.
Se incorporó un poco y empezó a extenderme su semen alrededor de mi ano. Como acababa de correrse no me preocupó que jugara un poco con mi culo. Me introdujo un dedo, luego dos. Me lo estaba preparando para su polla. Solo me había penetrado por ahí una vez y por error, con lo cual dolió bastante. Pero sabía que quería probarlo, me lo había dicho en varios correos y en el autobús. Y yo estaba lo bastante cachonda como para que lo hiciera si me lo abría antes. Pero para ponerle un poquito de emoción empecé a negarme. “Por ahí no, le decía”, a sabiendas de que me ataría si hacía falta pero no saldría de allí sin que hubiera probado mi culo. La puso en la entrada y yo me moví para que no la entrara. Él al principio pensó que no quería y ...
... se incorporó, pero al ver mi cara me siguió el juego. Juntándome las manos me sujetó con una por las muñecas y con la otra me empezó a dar cachetes en el culo cada vez más fuertes, que en vez de dolerme me excitaban cada vez más. Se metió dos dedos en su boca y a continuación los entró bien lubricados en mi culo. Intentaba resistirme, pero mis gemidos le indicaban que me gustaba. Así que se puso sobre mí y grité cuando me la metió. Al principio hubo un poco de dolor que se convirtió en placer con cada embestida. Bombeaba sin parar y yo notaba como si me taladrara. Me soltó las manos y me agarró del pelo y de la cadera. Siguió y siguió hasta que me agarré fuerte de las sábanas y un nuevo orgasmo se apoderaba de mi cuerpo mientras sentía su semen en mi interior. Me inundó el culo y se tumbó a mi lado a descansar.
Miré la hora y ya era tarde, tenía que irme. Le dejé en la cama y me fui al baño. Me sequé el sudor del cuerpo, me vestí y cogí mis cosas. Quiso que me quedara a pasar la tarde o a comer al menos pero tenía que irme. Nos dimos un beso y acercándome a su oído le dije “mañana te veré en el autobús y llevaré la falda de ayer, sin nada debajo”. Se relamió los labios y me contestó: “Como te gusta ponerme caliente, guarra. Pues prepárate porque te voy a ensartar allí mismo, y esta vez no te me escaparás en toda la tarde”.