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Atendiendo a mi cuñado 1 de 2
Fecha: 26/03/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... de que hubiera roto con aquel puto pervertido que se aprovechó de él porque le quería. ---------------------------------------------- Como debía de ser llamé a Adolfo aunque podía haberme acercado a su oficina andando, o la de su familia donde trabajaba con su padre. Prefería no ver al dueño de sus vidas por si quisiera atraparme. -Adolfo, soy Juan, ¿qué hay cuñadito, mucho trabajo? -Calla nene, ya sabía que eras tú, Adela me dijo que me llamarías para que te acompañe y no estés tan solo. Hay que joderse, encima aguantar esto, pero merecía la pena por escuchar la voz de mariquita remilgada que adoptaba en estos casos y que me ponía tan caliente. -¿Quieres comer conmigo hoy? -Hoy y todos los días si me lo pides, por tener contenta a nuestra niña me sacrifico. -Adolfo, así te vas a ir a tomar por el culo. ¿Quieres comer conmigo, sí o no? Entendió mi cabreo. -Sí, chico no te enfades, ha sido solo un decir. No quería hablar más de tonterías. -A las 13:30 donde siempre, te espero en la terraza tomando un blanco. Y le corté la comunicación. Pedí el vino en la barra y lo saqué yo mismo a la terraza cogiendo para leer el periódico. ¡Hola cuñado! ¿Ya se te ha pasado el enfado? Se sentó en la silla de enfrente. -¿Tú crees que estaría aquí si siguiera mi enfado? -Juan siempre terminamos discutiendo, no sé porque no nos soportamos, no sería tan difícil. -Vale, está bien yo tengo la culpa, ¿lo dejamos? Vamos dentro. Me levanté y Adolfo me siguió sin protestar. Nos sentamos en la mesa que ...
... habitualmente ocupo con Adela y se acercó la dueña del restaurante para tomarnos nota. -¿Pido un vino especial o el del menú del día? Adolfo sonrió complacido, aunque bebe poco le gusta el buen vino para comer. -Ya sabes mis gustos. Los conocíamos perfectamente, la dueña del restaurante y yo, no tuve que pedirle la marca. El nuevo camarero no dejaba de mirarnos y ahora, desde luego, era más a Adolfo que a mí. -No te vuelvas, hay un nuevo camarero que estoy seguro que le gustas. Le noté lo nervioso de las manos moviendo los cubiertos cuando nunca los toca, lo mismo que su hermana. El muchacho hizo todo lo posible para colocarse en una posición de donde pudiera ver el perfil de mi cuñado, estaba convencido de que se quedaría absorto mirándolo. Sí, sí, y sí, el maricón de mi cuñado es un hombre precioso de veinticinco años y parece de veinte o menos al que me quiero follar desde hace muchos años, desde que empecé a salir con su hermana, pero no se ha dado, hasta ahora. La comida transcurrió con normalidad y al camarero le sudaba el culito mirando a Adolfo y a mí como plato secundario. Pague la cuenta y deslicé una generosa propina en las manos del chico dándole las gracias. Adolfo ya se había fijado en él pero no parecía que le hiciera excesiva gracia, él se lo perdía, con haber hecho sonar los dedos el muchacho se le hubiera rendido. -Vuelvo al trabajo, estamos un poco agobiados, y dicen que las cosas funcionan mal. Se marchaba sin un saludo ni gracias por haberle invitado a la ...