1. El bloqueo de Catalina


    Fecha: 26/03/2019, Categorías: Gays Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos

    ... tiempo que su mano izquierda se deslizaba por su cuello. Tomando de nuevo sus pechos, los alzó y apretó entre sí buscando el contacto de los chorros de agua en los pezones. Estos, duros como piedras, rompían cada gota de agua que impactaba sobre ellos. Tras unos segundos sintiendo la caricia del agua, soltó los pechos y se dispuso a acariciar de nuevo sus nalgas. Gotas de agua se aferraban los pelos de su pubis haciendo brillar su monte de venus. Dando un paso atrás, separó los labios vaginales y un torrente de sensaciones se adueñó de ella al sentir el impacto del agua contra su clítoris. Abrió los ojos y presionó el botón del mando de la ducha interrumpiendo la forma en la que caía el agua haciéndola brotar directamente del grifo. Se tumbo en la bañera y apoyando los pies en la pared, movió las caderas buscando que el chorro del agua cayese directamente sobre su clítoris. Cuando lo logró, volvió a cerrar los ojos y de nuevo, tomo sus pechos entre sus manos pellizcándose los pezones cada vez mas fuerte, buscando su límite de dolor aceptable. Sus caderas habían tomando vida moviéndose cada vez mas rápido, el ruido del agua ahogaba sus suspiros, los gemidos pugnaban por salir de su boca cuando se obligó a cerrar el agua.
    
    No ...
    ... debía continuar, no debía buscar el orgasmo. No, solo debía centrarse en cada sensación, en como respondía su cuerpo. Debía buscar la excitación máxima y detenerse. No pensar en si alcanzaría o no el orgasmo. Solo disfrutar del momento y aprender de las sensaciones.
    
    Permaneció acostada en la bañera hasta que se reguló su respiración y tras secarse corrió al salón dispuesta a mandarle el correo donde le contaría como había llevado a cabo la orden recibida.
    
    Recordó, que en cada mensaje podría hacerle una pregunta sobre el. Podría obtener la respuesta a cualquier duda o curiosidad sobre el que se le pasase por la mente, así que finalizó el mensaje preguntándole donde vivía.
    
    Tras enviar el mensaje, fue a su cuarto dispuesta a prepararse para ir a la universidad. Al tomar el pomo de la puerta, recordó la tercera norma y arrodillada abrió la puerta internándose en la habitación.
    
    Irguiéndose solo para tomar la ropa del armario, cayó en la cuenta de que no sabía como llevar la ropa fuera de la habitación si tenia que ir andando a cuatro patas. Después de unos segundos de dudas, lanzó la ropa por la puerta hacia el pasillo. - Prueba superada. -dijo en voz alta al tiempo que se arrodillaba de nuevo y abandonaba la habitación. 
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