1. Confesiones entre una madre y su hijo


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... inundaban la habitación.
    
    Sin que se diera cuenta, salí de la casa y fui a caminar para bajar mi calentura y pensar.
    
    IVÁN:
    
    Al terminar la escuela me fui a otra ciudad a estudiar. Pasó un año y mi madre fue a visitarme. La esperé en el aeropuerto. Se veía más hermosa. Cuando regresé encontré a mi madre esperándome en el aeropuerto. Estaba más hermosa que lo que recordaba. Usaba un vestido de una sola pieza hasta debajo de sus rodillas, zapatos de tacón y su elegante collar de perlas.
    
    La abracé, sentí su piel suave y cálida, la exquisita fragancia de su piel (a pesar de no usar perfumes) la cargué y le di vueltas juntando su pecho junto al mío, sintiendo sus pezones. No pude evitar tener una erección.
    
    La acompañé al hotel que había reservado, pero al parecer no habían confirmado el cuarto, por lo que opté en llevarla al departamento que alquilaba. Era un departamento pequeño, de dos habitaciones más un baño.
    
    I: Puedes acomodarte en la habitación. La cama es de plaza y media. Yo dormiré en el sofá.
    
    C: No te preocupes. Compartiremos la cama como cuando eras niño.
    
    CARMEN: Habían transcurrido un año sin ver a mi hijo. La relación con mi esposo se había enfriado y hacía casi un año lo boté de la casa y le pedí el divorcio. Mi hija se había unido a un grupo de lesbianas feministas para protestar por los derechos sociales. Me sentía sola, por lo que aproveché las vacaciones para ir a visitar a mi hijo durante un fin de semana largo.
    
    Se veía atractivo cuando ...
    ... lo vi en el aeropuerto, más centrado y más fornido. Me levantó en vilo al verme, lo cual me excitó y también a él, pudiendo sentir su dura verga.
    
    Me invitó a cenar en un lugar elegante y luego a pasear para conocer los atractivos de la ciudad. La noche fue hermosa y perfecta. Ya era tarde y volvimos a su casa. Como mencioné, me sentía sola. No quería estar en un hotel. Por lo que pasaría la mayor cantidad de tiempo en compañía de mi hijo. Me sentí mal de quitarle su cama, le propuse dormir juntos, como cuando era un niño.
    
    La noche era fría, me vestí con mi bata de satín bien abrigado a la sábana. Mi hijo llevaba un short. Me pegué a él para sentir su calor corporal. El cuerpo de mi hijo se tensó por un momento de la sorpresa del abrazo. Dormir de costado con mi cabeza en su nuca.
    
    IVÁN: La noche había pasado de manera larga. Verla figura de mi madre en ese bello camisón y el que me abrazara. ¿Eran señales de avance? ¿Y si realmente quería que pasara algo? Mi madre se había levantado temprano. Estaba en mi cocina preparando el desatuno, se había inclinado ligeramente para batir los huevos, el camisón se había levantado ligeramente dejando ver sus nalgas.
    
    No aguanté más. Me acerqué por detrás y le besé el cuello, mientras con mi mano hurgaba por dentro del camisón. Mi madre ronroneaba ligeramente. Eso me incitó a avanzar, deslicé mi mano y empecé a acariciar su coño por encima de su calzón. A pesar de las gruesas bragas de algodón pude sentir la humedad de su concha. ...