1. Inicio a un mundo nuevo


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Alvaroalba, Fuente: CuentoRelatos

    ... desplegarse, con un avance que hacía más grande el espacio habitable, tras cruzar el umbral me pidió que cerrara, sin entender nada lo hice y en un segundo la sentí pegada a mi espalda abrazándome, su boca volvió a humedecer mi oído “tranquilo, solo déjame a mí, disfruta”, sus manos se introducían en mis bermudas alcanzando mi poya, me perdía en sus caricias, hasta el punto de no saber cuál fue el instante en que me dejó completamente desnudo. Sus besos cubrieron mi cuello y se deslizaron por mi espalda, bajando y haciéndome desesperar.
    
    Era inexperto, aún más en una situación como esa y sus besos hasta el contorno de mis nalgas descubrían nuevas sensaciones, ella mandaba y guiaba con la suavidad de una madre que enseña a un hijo, me hizo girar dejando mi polla completamente erecta ante ella. Verla arrodillada, preciosa, con la mezcla de una angelical de su rostro y el diabólico brillo de sus ojos. Mis piernas temblaron al sentir su primer beso en el glande, las caricias de sus manos no tardaron acompañadas de la sensación cálida de su boca degustando mi polla. Esa chica sencilla, agradable y con aspecto casi ingenuo tragaba con la maestría de una profesional, su lengua acompañaba cada recorrido, sus manos masajeaban mi escroto, mientras su pareja permanecía fuera, era mucho para mí, no iba a aguantar y ella lo supo, freno su caricias y poniéndose de pie me propino un delicioso beso con sabor a mí “poco a poco, tienes que aguantar, ven”.
    
    Siguiéndola hasta la cama en la ...
    ... penumbra de la tienda miré su cuerpo y pude disfrutar del espectáculo, desnudándose poco a poco mientras me miraba, remarcaba con sus ojos que yo seguía siendo su marioneta, torpe, ingenua y eso parecía gustarle. “¿Te gusta?, ven quiero sentir tu boca”, se subió a la cama y me atrajo hacia ella.
    
    Sus manos guiaban mi cabeza marcando el mejor recorrido del mundo, su boca, su cuello, sus pechos deliciosos, su vientre, todo a su ritmo, bajo sus deseos, hasta llegar a su perfumado coño, un perfume que ya concia, el perfume del sexo de mujer que inundaba mis sentidos. Mi ingenuidad no era tanta como para no entender cuál era mi cometido, mi lengua recorrió primero sus ingles de un modo travieso, yo también quería aportar mi punto malvado, arrancarle sus gemidos y su desesperación. Era hora de probar el manjar que me ofrecía, el más preciado.
    
    La humedad intensa de sus jugos se mezclaba con mi saliva mientras sentía su cuerpo arquearse. La respiración entrecortada y sus gemidos se acompasaban con mi lengua deslizándose por su rajita, para terminar dando traviesos mordiscos en su clítoris, seguidos de suaves caricias hasta el punto que creí apreciar su primer orgasmo.
    
    Me detuve unos segundos y salí del calor de sus muslos para mirarla y ver su sonrisa, “toma”, el preservativo que me daba no dejo lugar a dudas, los dos lo necesitábamos. Gracias a mi dedicación hacia ella había calmado un poco mi propia ansiedad, me lo puse bajo su mirada atenta y ansiosa, sonriendo me atrajo ...
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