1. Diario de un padre III (Andreinita)


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Jóvenes Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ver como ella miraba mi verga y pareciese que mirara a ET.
    
    -¿Te gusta? –le pregunté para que espabilara.
    
    -Sí… Está calientita –respondió sin apartar los ojos de ella y sin dejar de mover su manito.
    
    -Es tuya por hoy, amorcito.
    
    En ese momento me soltó y cruzo mis manitos mientras me miraba, entonces me apresuré a besarla mientras desabrochaba su jean. Su olor era delicioso, sentía que inhalaba toda su juventud. La senté sobre mis piernas, de ladito, para así poder bajar su jean rápidamente, sintiendo sus pequeños jadeos. Sus nalguitas ya estaban sobre mi verga, y la hacía restregarse tomándola de su cintura mientras la besaba la recostaba contra el asiento de adelante. Bajé también su braguita hasta sus rodillas y metí mi mano entre sus piernas sintiendo su conchita húmeda… ¡Mmm! Mi mano podía cubrir toda su vaginita y mis dedos llegaban hasta sus nalguitas y su culito, restregaba mi mano contra ella de adelante hacia atrás, en ese momento comenzó a mojarse más y a retorcerse sobre mi verga, sentí como acababa mojando mis dedos y la palma de mi mano con sus juguitos.
    
    A esa edad, las chiquillas acaban muy fácil. Y las pequeñas que tal vez lean esto, estarán de acuerdo conmigo. O aquellos que hayan tenido la suerte de complacer a una jovencita, por no decir “niña”.
    
    Bien, el deseo de meterle mi verga era insoportable. La alcé un poco para empezar a metérsela pero no entraba. Así que le metí un dedo y empecé a follar su vaginita con mi dedo medio, ella, como niña ...
    ... buena, me abrazó y ahogaba sus jadeos mientras yo le empujaba mi dedo cada vez más fuerte, quería abrirla para meterle mi verga. Cuanto sentí que se relajaba, metí otro dedo y comencé a empujárselo con fuerza, hasta el fondo, sus deditos rasgaban mi espalda y comenzaba a gemirme al oído, yo mientras tanto besaba sus hombros y con la otra mano sobaba sus recién formadas tetitas, cuando recobraba la noción de lo que estaba haciendo, cuando me veía a mí mismo cogiendo a la hija menor de Graciela, sentía que mis ojos brillaba y una gran excitación recorría mi cuerpo de arriba abajo; sumándole a eso que estábamos en un bus y que su madre estaba a unos 8 metros delante, dormida.
    
    Cuando recordaba eso, las embestidas que le daba eran más fuertes y ella ponía su boca contra mi cuello para ahogar los gritos. Ya sentía que mi verga podía entrar. Así que de nuevo la besé, mientras sacaba mis dedos y volví a alzarla y a bajarla, pero aún era difícil. Sin embargo, yo quería follarla, y ella quería ser follada así que empecé a empujársela fuerte agarrándola por la cintura y empujando mi verga hacia arriba una y otra vez hasta que la cabecita entró y enseguida toda mi verga con ella. Ella soltó un largo gemido y yo también, sentía mi verga ser apretada por su estrecha conchita y eso era exageradamente delicioso.
    
    -¡Aaaahj! Amor, estas apretadita –le dije susurrándole al oído.
    
    -Hágamelo, señor. ¡Soy suya! –me respondió entre jadeos.
    
    Me calentó de sobremanera esa petición. La agarré ...