1. Viaje de placer en el Caribe (CAP. III)


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Incesto Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos

    ... mamarlas, los tres querían mi boca para disfrutar de mí, yo intentaba satisfacer a todos mamando una verga detrás de otra, mientras me decían: "que gusto nos das puta, sigue así, lo haces bien mami, que rico la mamas". No tardó el primero en rociarme con su esperma la cara y tetas, a ese siguió otro y finalmente el tercero. Quisieron rebañara sus vergas limpiándolas con la lengua y lamía la leche que resbalaba por aquellas magníficas vergas, que tragaba con deleite. Quedé enfrascada de leche por toda la cara y tetas, mientras quedé deseosa de que alguna de aquellas pollas fantásticas me hubiera penetrado aplacando mi calentura.
    
    Estaba atardeciendo y Julio César me acercó al hotel. Al llegar quise despedirme, pero me pidió pasar la noche conmigo a lo que no accedí. Mi marido llegaba al día siguiente y quería descansar y estar fresca para él. Como estaba con calentura le invité a tomar algo en la habitación, a cambio de que me quitara la calentura con un buen polvo, pero luego se iría.
    
    Aceptó a regañadientes y ya en la habitación, nada más entrar, me lancé a besarle y a tocarle la verga, en segundos la tenía como un mástil, precipitadamente nos desnudamos y tumbamos en la cama ...
    ... sin parar de besarnos y comernos todo. Estaba caliente y necesitaba me cubriera aquel hermoso semental, es lo que hizo, estaba bien lubricada y él tenía prisa por meterla, sin más preámbulos me separó las piernas, se colocó en posición y la metió de un golpe. Empezamos a mover nuestros cuerpos a ritmo frenético, nos entregamos con pasión, gemíamos los dos y pronunciábamos palabras llenas de lujuria y excitación, nos entregamos como animales en celo, no sé cuánto duró aquel bestial apareamiento, pero me corrí de forma salvaje, lanzando alaridos de placer mientras notaba como se inundaba mi vagina con el semen del macho que me follaba. Caíamos rendidos y una vez recuperada la respiración le pedí se marchara para poder descansar.
    
    Se negó a marcharse y me dijo no se iría hasta penetrarme la cola, la tenía demasiado apetecible para dejarla sin usar. Acepté de mala gana, me puse de perrita y me la metió dándome fuerte hasta venirse. Se tumbó en la cama haciéndose el remolón, ante mi insistencia de que debía irse. Me enfadé, le hice levantarse y dándole su ropa, lo eché de la habitación sin darle tiempo a vestirse. Dormí profundamente hasta el día siguiente a media mañana.
    
    Continuará. 
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