1. Verano 2016


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... estaba aprovechando de su calentura, y de que no pensaba con claridad. A lo mejor no debería avanzar más, porque, cuando él lo pensara con claridad, podría arrepentirse o sentirse mal. Cuando iba a dar un paso atrás, me besó. Algo explotó en mi pecho y recorrió cada célula de mi cuerpo. Un cosquilleo intenso se produjo en mi boca cuando sus turgentes labios me tocaron. Mi respiración se detuvo. Le respondí. Y sí, besaba mal, hay que decirlo. Pero la hermosa sensación de irlo guiando y enseñando a cómo hacerlo mejor, jamás se borrará de mis recuerdos. Me aparté de él dándole un pequeño mordisco a su labio inferior. Sentía mis labios hinchados. Los de él lucían muy rojos y apetecibles. Lo recosté y avancé hacia él. Besé su pecho y lamí sus sensibles tetillas rosadas. Bajé por su abdomen juvenil hasta que su glande golpeó mi barbilla. Abrí mi boca e introduje su pene. Gimió. Me asusté. No pensé que gemiría tan alto y creo que él estaba igual de sorprendido que yo. El silencio se hizo, esperamos un momento, y continuamos. Tomó una almohada y la mordió para ahogar sus gemidos. -¿Confías en mí? –pregunté. -Sí –respondió. Una luz de miedo apareció en sus ojos. -Sí sientes rico con una paja, vas a quedar loco con esto –le dije. Succioné su glande con pasión, liberando una gran cantidad de pre-semen contenido. Luego bajé por sus testículos y llegué hasta su ano. Duda se dibujó en su rostro pero no dijo nada. Separé sus piernas, y puse mis manos bajo sus rodillas para levantarlo y ...
    ... dejar expuesto su centro. Era el agujero más lindo del mundo. Era pequeño, de un tono rosado perfecto y virginal. Esas dos turgentes montañas de carne custodiaban ese pequeño tesoro, y yo estaba ahí, invadiendo un terreno inexplorado. El paraíso. Lamí. Una y otra y otra vez. No quería apartar mi cara de ese lugar. Sus pies se retorcían, y por momentos su cara desaparecía detrás de la almohada en un intento de acallar sus gemidos. Al cabo de un rato tomé distancia. Su rostro estaba colorado y excitado. Mojé mi dedo y apunté a su centro. Su ano se contrajo. Al tacto se sentía húmedo y caliente. Hice presión y su boca se tensó. Lentamente fui hundiendo mi dedo y el calor abrasante me envolvió. Las ganas imperiosas de meter mi miembro ahí luchaban por tomar el control. Saqué mi dedo y lamí su agujero. Procedí con el segundo, pero sentí la tensión. Sus labios estaban apretados y la duda era evidente. Comprendí que esa batalla aún se luchaba, y entendí que para dar este paso necesitaría pensar un poco más. No iba concretar de la forma que pensé, pero me decidí a darle el placer necesario para que en su mente quedara la mejor experiencia y al otro día se decidiera. Volví a meter mi dedo dentro de su culo. Mordió sus labios. Avancé por su recto y localicé mi objetivo. Me incorporé y bajé un poco sus piernas, de manera que su pene quedara cerca de mis labios. Abrí mi boca y lo capturé, para comenzar a darle una placentera mamada, mientras masajeaba su próstata. Sus ojos se colocaron ...
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