1. Giselle y los albañiles (1 y 2)


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: No Consentido Autor: suchabitch, Fuente: CuentoRelatos

    Giselle estaba disfrutando sus vacaciones, luego de un semestre complicado con exámenes en la Facultad. Le encantaba pasar en la casa quinta de sus tíos, en las afueras de la ciudad, una enorme casa con pileta y un parque lleno de plantas y flores. Allí se sentía en contacto con la naturaleza, se relajaba y cargaba sus pilas para el próximo semestre. Sus tíos estaban fuera casi todo el día por sus trabajos y solo al llegar la noche se juntaban para cenar y charlar. A Giselle le encantaba este lugar, desde chica se había acostumbrado a la belleza y tranquilidad del lugar, además del cariño y cuidados que le daban sus tíos.
    
    Pasaba mucho tiempo en la pileta, aprovechando el tiempo caluroso tomando sol y cada tanto dándose remojones para refrescarse. Le encantaba ese lugar.
    
    Esa mañana, su tío le dijo, antes de despedirse para ir al trabajo "Mira a eso de las nueve van a venir dos albañiles para reparar el parrillero. Vos abriles y decirles donde está, me dijeron que en 3 o 4 horas terminan el trabajo y después se van" "Me los recomendaron en la oficina, dicen que trabajan bien, vamos a ver"
    
    Giselle le dijo que no se preocupara y su tío se despidió. Al rato su tía también se despidió para ir a su trabajo diciéndole "Nos vemos en la noche, que tengas una tarde linda" "Gracias tía, nos vemos para la cena, voy a preparar algo rico"
    
    Se cambió para ir al jardín, como toda chica le gustaba broncearse lo más posible y se puso su acostumbrada dos piezas, un breve corpiño y ...
    ... una tanga y se acostó al costado de la pileta. Al cabo de un rato, casi adormilada sintió que tocaban el timbre y se acordó de los albañiles. Se levantó y usando una toalla para cubrirse de la cintura para abajo fue a atender la puerta. En efecto, eran los dos hombres de los que le había hablado su tío. Les pregunto "Ustedes vienen por el parrillero?" y el más viejo le contesto "Si venimos para arreglarlo". El otro tampoco era mucho más joven, no parecían muy limpios y tenían aspecto descuidado, pero quizás era por su trabajo, pensó Giselle. Los hizo pasar, les mostro donde estaba el parrillero y luego volvió a acostarse al lado de la pileta. Le había parecido que los dos hombres la habían mirado raro y se sintió incomoda, pero quizás era su imaginación. Cuando se dio vuelta le pareció sentir las miradas de los viejos en su espalda y piernas, se tranquilizó pensando que esos dos hombres eran muy grandes, de la edad de su abuelo, como para andar mirando chicas como ella.
    
    Mientras Giselle, en la inocencia de sus 18 años, se quedaba confiada y se disponía a tomar sol, los dos sujetos habían quedado deslumbrados por la belleza de la joven. Aun cubierta con esa toalla, se veía que la chica tenía un físico muy deseable. Una chica rubia de pelo largo, con un cuerpo bronceado como ese, los había puesto muy calientes. El más viejo le dijo a su compinche, mientras sacaban sus herramientas, "Viste que tetas tiene esa pendeja?" y el otro le dijo "Esta buenísima, para chuparla toda" a lo ...
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