La hermana arrecha de mi amiga puta
Fecha: 12/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos
De las cuatro parejas amigas presentes aquella noche en mi casa, los únicos que bailábamos temas lentos en el living éramos Marcela y yo. En el sillón grande estaban Mariela y Carlos, al lado de Verónica y Juan. Desnudos, cogiendo. El baño lo habían ocupado Magdalena y Horacio, y en mi dormitorio, en la cama superior de la cucheta, se encontraban Yamila con Matías, mientras que en la de abajo Silvana –hermana menor de Marcela- cogía con Andrés.
La chica con quien bailaba la había conocido la tarde del día anterior, cuando Silvana llegó con Marcela a mi casa.
—Le hablé tanto de vos que la traje porque quería conocerte –dijo mi amiga, desinhibida como era.
—¡Nena!, ¡vos sos la que me trajiste a la fuerza! –reaccionó, avergonzada, ruborizada, Marcela.
Con derechos…
Silvana es una petisa rubia de cara preciosa y cuerpo sensual, de 24 años. Según me confesó, necesita sexo todos los días, sea con hombre, mujer o a solas. Además de ser el amigo que escucha sus confidencias, y debido a que mi casa está desocupada de lunes a viernes durante las mañanas y siestas, le di una llave y ella la ocupa para coger o masturbarse.
Al llegar, nunca encontré a sus parejas ocasionales, y mi cama estaba con las sábanas cambiadas. Desde el inicio de nuestra amistad –dos años atrás- habíamos cogido no más de diez veces. Empero, eran innumerables las oportunidades que dormimos juntos, incluso ella con su erótica lencería o desnudita.
Ambos nos habíamos descubierto masturbándonos. ...
... La primera vez fui yo el sorprendido. Silvana me había contado que una chica con la que había estado dos horas atrás había logrado gozar orgasmos múltiples.
No bien se marchó, me senté desnudo frente a la computadora a mirar videos de lesbianas. Estaba a punto de largar mi leche cuando mi amiga entró a mi pieza. Yo me avergoncé, pero ella me animó a continuar. “Dejame ver cuando te salta la leche”, pidió con su carita de pendeja arrecha. Y agregó: “Me calentaste… Yo también quiero pajearme…” La hermosa se desnudó y desde ese día, una o dos veces por semana nos pajeábamos juntos.
Impresionante
Silvana me contó que su hermana mayor Marcela-de 34 años, profesora universitaria, de Córdoba- llegaría a visitarla. “Se separó del esposo porque lo descubrió con otra mujer. Ella nada que ver conmigo, es más linda que yo, y una santa… ¿Querés conocerla?” Fue a mi computadora, entró a su correo electrónico y abrió una carpeta oculta. Me puse a su costado. Quedé maravillado.
Aunque no se lo dije, y considerando lo bonita que es Silvana, Marcela la supera en belleza. Más alta, pelo negro largo, su rostro es bonito y excitante, por sus labios, ojos, mirada. Pero lo que dejó con la boca abierta fueron sus pechos, impresionantes. Toda curvas.
—¿Te calentó mi hermana, no? Se te paró… – sostuvo, pícara Silvana, mientras estiró su mano izquierda y apretó mi bulto.
—¡Prometeme que vas a venir a casa con tu hermana! –reclamé.
—¡Sabía que te ibas a enloquecer con Marcela! Pero ...