1. Fantasías


    Fecha: 12/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Yolinda, Fuente: SexoSinTabues

    (ÉL) Hoy ha sido un día duro de trabajo. No más que otros días, pero junto al calor que hace hoy en la calle ha sido suficiente para que en todo el camino de vuelta tuviera en mente una ducha relajante. Me gusta el agua bien caliente para abrir los poros y sudar incluso bajo el chorro y acabarla con un latigazo de agua fría para cerrarlos. Tras envolverme en el albornoz y ya relajado, me tumbo boca abajo sobre la cama para conseguir la desconexión total. Todos mis músculos se sueltan poco a poco mientras me llega el duermevela. Oigo entonces cómo se abre la puerta de la calle y unos pasos de tacón que se acercan por el pasillo. Lo siguiente es un aroma intenso a perfume que llena por completo la habitación. Me encantan los masajes relajantes en los pies, son mi debilidad. Las manos que frotan mis plantas provocan escalofríos en la espalda. Suben después a los gemelos y las noto cálidas, suaves, pero firmes en su recorrido ascendente. Hacen que las separe inconscientemente aumentando la superficie de mis muslos libres a las caricias. Se cuelan por debajo del albornoz y las piernas quedan del todo liberadas. por donde las manos siguen recorrido casi hasta los glúteos, pero buscando el interior de los muslos, haciendo que se tense el perineo sin llegar a tocarlo. El masaje hace que se relaje de nuevo y las manos siguen su camino bajo el albornoz para elevarlo más aún y dejar al aire (ahora si) mis nalgas. Ufff, ahora ya el masaje se torna más intenso, porque son las uñas las ...
    ... que marcan el camino. y repito un "ufffff" que sale de mis pulmones siguiendo el recorrido de esos dedos lentos clavándose en la piel pero sin pararse, y tensando todos mis músculos adivinando lo que viene después. auuuuuchhhhh: un ligero mordisco en el glúteo derecho. auuuuuuchhhh otro más intenso en el izquierdo. y una advertencia: sssshhhhhhhh, para que no grite mucho so pena de sentir los dientes clavarse con más intensidad. Me tienta el gritar para que los mordisquines lleguen a grado superior. Me encanta sentir los labios que envuelven mi piel esperando un cálido beso, pero que descargan pasión con los dientes. uffff!!! Tensionando todo mi cuerpo como un latigazo y volviéndolo a relajar. Dos, tres, cuatro, cinco veces. pierdo la cuenta. A un lado, al otro, más arriba, más abajo, más en medio, más abajo. Menos mal que mi polla está bien colocada para que se pueda revolver, para que se pueda estirar, para que se restriegue sobre las sábanas limpias dejando el rastro de las primeras gotas de "almíbar". Un cachete, mejor dicho nalgada, marca la orden para colocarme boca arriba. Con el albornoz ya totalmente abierto mi polla da un respigo hasta ponerse en situación. Sigue recibiendo piropos de "bonita", "que bien está hecha", "aguanta mucho", cosas que yo doy por hecho y, sin reparar en ello, pero que son de agrado escuchar y en este caso se repiten. sin soltar palabra, solo clavandole la mirada. Con unos ojos que no le quitan atención mientras las manos vuelven al interior de ...
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