Dulce y amarga amistad (05)
Fecha: 20/08/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... deseaba que mi cariño hacia ellos aumentara y además no me terminaba de ver en ese papel. Lo de J. C. y yo sería sexo y nada más, tenía que blindar mi corazón, no me importaba que me doblara la edad, pero aún tenía algún sentimiento noble.
-¿Hablamos entonces algún día de la semana próxima?
-Cuando tú quieras y tengas tiempo libre me llamas…
-¿Jesús?... Nada, nada. –Quería decirme algo y dudaba.
-Dime. ¿Qué te sucede?
-No es nada, que me gustaría pasar estos días a tu lado, no sabes lo que te extraño. Te llamaré.
Era lo que menos deseaba y se estaba produciendo, yo solo quería sexo de él, que me follara salvajemente haciéndome gozar y olvidar todo lo demás, me gustaba en la cama, su forma de dominarme, de follarme y llevarme al clímax de una forma magistral y luego cada uno a su vida, su familia y problemas no me interesaban, lamentaba haber cedido aquel día y conocer a sus maravillosos niños, pero tenía que ser amable y consentirle hasta que tuviera mi encargo realizado
-Tengo que hacer muchas gestiones en la semana pero si me llamas dejaré lo que sea. -no cortaba la comunicación y le escuchaba respirar agitado.
-Tengo preparado lo que querías. -Mi corazón me dio un vuelco y pensé que perdería el sentido, procuré tranquilizarme y no darle demasiada importancia.
-¡Ah, sí!, No quería meterte prisa, y seguro que podremos vernos está semana, te llamaré o hazlo tu cuando tengas un momento para quedar. No te olvides de que necesito tres ejemplares, ...
... uno que sean los originales para guardarlos.
-Será como quieres. -Le sentía triste y angustiado, pero ese era el acuerdo, mi cuerpo por sus servicios, aunque he de reconocer que lo pasaba muy bien cuando me follaba.
Abrí los sobres que tenía para mí y con las manos temblando. Uno era de la Uni con la relación de documentos que tenía que presentar y que en su mayoría ya tenía, y el otro era de mi tío. Pensé que había sido una indiscreción imperdonable para él, cualquiera podría haberlo abierto y ver lo que contenía, le hubiera resultado difícil dar una explicación coherente.
Eran documentos bancarios con lugares ya señalados donde debía estampar mi firma y una nota para que hablara con su secretaria, ella me daría instrucciones de lo que debía hacer.
Esa noche pensé en Álvaro mucho, y menos en Demian aunque moría de ganas por saber sobre él, esperaba que mis padres le hubieran visto y me hablaran.
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En la comida al día siguiente, tuve noticias de Demian y no eran las que esperaba, lo que supe me golpeó hasta hacerme caer sobre la lona del cuadrilátero otra vez, pero no derrotado.
-Anoche nos contó tu tío lo que tiene pensado hacer. –Mamá me miraba esperando mi reacción y que preguntara, había suspendido su comida y cogía el vaso de agua para llevárselo a la boca sin perder su penetrante mirada.
-Está dispuesto a poner a tu nombre un millón de euros. -Ahora la miré incrédulo y expectante esperando que siguiera.
-No creemos que ...